En la hora en la
que la luz
es aún debilidad
y presenta batalla
a la penumbra,
cuando el timorato
brillo del día
se refleja en la
ventana
y el invierno pone
su acento en los cristales,
un coche por el
vecindario rompe el silencio
perturbando el alba.
Todavía duermes
mientras ensayo
este bosquejo de
carta,
esta impaciencia
por contarte
todo aquello que se
arremolina
en mi impulsiva
impaciencia.
En breve resurgirás
desde el
aplazamiento del sueño
y no tendré para
ofrecerte
sino que esta emborronada
cuartilla,
este fracasado
intento
de hacer con mis
manos
un amanecer
memorable y entallado
a la sonrisa con la
que sueles buscarme.
Qué preciosidad Francisco. Hacemos todo lo posible y lo imposible para hacer felices a los que queremos. Tienes muchas cosas que ofrecer, muchísimas.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, Isa. Lo propio es tratar de conseguir todo lo mejor para los nuestros.
EliminarUn abrazo.
O amor é lindo e este poema fascinante.
ResponderEliminar.
Domingo feliz
Muchas gracias, Rykardo, por tu seguimiento constante.
EliminarFeliz domingo.
Con mi cafecito en la mano estoy, y gratamente conmovida por tus candorosos y bellísimos versos. Tu mujer no podría recibir mejor y más valioso regalo matinal que esta pura "preciosura" brotada de tu alma.
ResponderEliminarUn abrazo bien grande a los dos tórtolos de tu avatar
¡Cómo te agradezco tus palabras, Maite, y cómo me vinculan a nuestra desaparecida "preciosura" argentina! Respecto a mi mujer, procuro que no quede todo en palabras, pero voy a evitar hablar de mis actos que procuro sean concordes a lo que escribo.
EliminarGracias por tu amistad, un fuerte abrazo.
Seguro que para tu mujer eres tú ese amanecer memorable.Saludos
ResponderEliminarPor suerte, aunque ella guarda silencio público, "entre dos piedras se muele el trigo". Gracias, Charo, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Veo que en la carta le has dejado, entre lineas, tu humildad, tu entrega, tu cariño, tu admiración y la claridad literaria y genuina que te caracteriza... Y todo ello entallado a su sonrisa.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por esa constancia infinita.
Me pregunto, ¿podré algún día compensar a María Jesús de tanto afecto como ella me da? Te quiero en el alma, querida amiga. Gracias, mil gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy bonito, precioso.
ResponderEliminarQuien mira bien todo lo ve bonito.
EliminarUn abrazo.
Ofreces este hermoso sentir en letras amigo Francisco. Es precioso. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra, por tu amabilidad para conmigo.
EliminarUn abrazo.