El sol de otoño ha
rendido
sus armas de fuego
y blande un disco áureo
como trofeo,
como luminaria
dulce
por entre la
arboleda
que comienza a
languidecer,
en el marco de la
regeneración
sistémica de la
naturaleza.
Ahora no hiere, es
luz que acaricia,
que recarga y colma
las reservas
de vitamina D
y fortalece la
coraza y los silos
con la que afrontar
el invierno.
Ya no es rabioso irritante
que hiere,
sino amigo que
acompaña y alienta,
que se renueva, que
estimula;
es el nuevo inicio
de curso
y puesta al día de
la lasitud
del verano que nos
ha dejado,
con toda su
ociosidad
como modelo
caprichoso.
Este rubio de
lumbre tenue,
este acicate en el
paseo,
anima al encuentro
y a buscar en la
brasa de otros brazos
el calor
complementario
que ilumina la vida
y la colma de esperanza.
En efecto, es una luz que no hiere. Todo lo contrario. El color tostado de las hojas abriga la vista y da un poco de sosiego y paz, que buena falta nos hace.
ResponderEliminarAprovecho para irme al campo unos días hasta el martes, antes de que nos confinen por aquí, que anda la cosa muy mal. Posiblemente sea la última salida en un tiempo.
Un abrazo, Paco.
Pásalo bien, pero sobre todo cuídate y vuelve, no te quedes en el campo para siempre.
EliminarUn abrazo.
Buenos días Francisco. Así es, el poco sol que sale se busca para que temple nuestro cuerpo. Un mes atrás nos lastimaba y nos hacía sufrir, ahora lo buscamos porque ya en estos días lluviosos lo echamos de menos. Muy bonita la pesia. Tienes poemas para para cada instante.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, Isa, por corroborar lo que digo y por tu adjetivo.
EliminarUn abrazo.
Cierto. Ya está en su modo más amable.
ResponderEliminarDemos una larga y apacible caminata
juntos y con ese amistoso rey dorado.
Abrazos.
Lo haría encantadísimo contigo. Sería una caminata excepcional y para el recuerdo, Sara.
EliminarUn abrazo.
Ése sol languidece y se torna sutil cuando adormece bajo el manto rubio y dorado de hojas caídas.
ResponderEliminarUn bello poema, abrazos.
Muchas gracias, Jorge, por tus amables palabras.
EliminarUn abrazo.
Es verfad que hay días otoñales donde el sol nos regala unas temperaturas de lo más agradables pero hoy en mi tierra debe andar despistado creyendo que estamos en invierno, espero se de cuenta y retome de nuevo a su suave temperatura otoñal.Saludos
ResponderEliminarYa estamos en fecha, Charo, aunque diferirán unos días de otros, según la lluvia o el viento. Si está claro seguro que son días apacibles.
EliminarUn abrazo.
Ese sol no es tn dañino no es tan intenso como es el de verano. Ahora ya apetece más tomarlo.
ResponderEliminarBesos
Así es, Antonia. Cuando salgo a caminar trato de hacerlo por la sombra o a la caída del sol, pero ahora ya es agradable aunque sea por el sol.
EliminarBesos.
No te olvides que estamos en el veroño y aún queda el veranillo del membrillo.
ResponderEliminarLa fecha del membrillo ya está aquí, pero lo que anuncian es este tiempo moderado. Ya veremos.
EliminarUn abrazo.
Un sol que da gusto sentirlo. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.