Cuando cierras los ojos,
el día se oscurece, baja el
telón
y se interrumpe la función
sin justificación ni
evacuación del foro;
es como caerme en el vacío.
Es una sensación de
abandono,
como si el pastor se
olvidara de la oveja,
es una noche repentina,
una ceguera instantánea
de esa luz por la que me
guío.
De repente, un rayo, un estruendo
silencioso, un destello
opaco
y la falta de suelo firme
bajo mis pies.
Es el momento de entender la
eternidad,
de darme de bruces con la
noche fría
y desangelada a la que tanto
temo.
Cuando cierras los ojos,
cuando tu luz deja de ser mi
referente,
me abandonan las fuerzas,
se apaga el rotor de mi
ánimo
y me siento desfallecer.
Solo en la noche.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
No, Cayetano, no hablo de tan largo periodo, sino de instantes, de ese tiempo infinito que hay en cada pestañeo.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Lo importante es que pronto amanece y vuelves a ver esos ojos llenos de luz que te iluminan y dar fuerzas. Muy bonito el poema.
ResponderEliminarAbrazos
Los veo, los busco y los persigo continua y constantemente, Isa.
EliminarUn abrazo.
Al cerrar los ojos quedamos muy vulnerables, a menos que uno sea ciego de nacimiento, cerrar los ojos es apagar el universo.
ResponderEliminarBonita reflexión, Hugo, sobre las capacidades de los invidentes. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Si los ojos no se cerraran no nos sorprendería esos ojos abiertos contemplando la belleza que les rodea.Saludos
ResponderEliminarTienes toda la razón, Charo, aprendemos a valorar por contrastes. Conocemos del frío en contraste con el calor, y de la luz en oposición a la oscuridad. Así son las cosas.
EliminarUn abrazo.
Es importante la luz y el ánimo de los seres queridos para seguir adelante, Francisco.Su luz es el amor y el norte que nos mantiene. De igual manera nuestra luz influye en ellos poderosamente.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu constancia y buen hacer.
Gracias por tus palabras, María Jesús. Siempre tan cariñosa conmigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me ha gustado mucho la respuesta que has dado a mi comentario de ayer. Me lo apunto : gracias.
ResponderEliminarTambién el burro flautista atinaba de vez en cuando. Jajajajaja...
EliminarUn abrazo.
Unos ojos que dan vida en cada pestañeo, que no se apaguen nunca amigo Francisco. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra, por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Todas las noches, no son completamente oscuras. La luna da un poco el resplandor que necesitamos para no sumergirnos en completa oscuridad.
ResponderEliminarAl despertar de nuestro sueño, vemos que esa negrura que nos rodeaba en la noche, desaparecía con un agradable amanecer, inundando todo de una luz esperanzadora.
Besos