A Juan Lanza
En mi modesto
escritorio,
el lugar prominente
lo ocupa
un ordenador que
vino a enterrar
bolígrafos, plumas
y lapiceros.
Tampoco hay papel,
ni carpetas o
archivadores
donde guardar la
correspondencia contestada
o una bandeja de
los asuntos pendientes.
Paso a paso, me fui
acomodando
a su letra legible,
a elegir el tamaño
y el tipo, el estilo,
los márgenes
establecidos o modificables,
cursivas o
negritas,
y evolucioné ─con algunos tropiezos─
a borrar sin
tachaduras,
a editar, ilustrar
y archivar
en las propias
entrañas de la computadora
con un orden que no
hubiera soñado.
Ya no recibo
cartas, Juan,
y cuando llega
alguna
─siempre comercial─
una discreta
cremallera de puntos
se abre a la mínima
para liberar el contenido.
A pesar de ello,
entre media docena
de plumas y bolígrafos,
tan resecos que
sólo guardan apariencia,
el abrecartas
metálico que me regalaste
con la esencia y
porte
de un buen acero
toledano.
Ha pasado sobre
nosotros
una ola de años
que nos ha traído a
este presente limitado,
pero los bellos
gestos de amistad
se hacen
perdurables en la memoria
y ahí dormirán el sueño
de los días.
No sé que hice con el mío. Lo tuve en mi mesa mucho tiempo dentro de un cubilete, junto a bolígrafos y lápices. Se ve que dos mudanzas tuvieron la culpa de su extravío. "Tampoco hay papel"... Esa es la clave. Cuando me pongo a escribir a mano alguna cosa compruebo que tengo una caligrafía horrible. Ya no reconozco ni mi letra. Acostumbrada la mano derecha a teclear en el ordenador, mi letra parece de otro. Dos pérdidas en poco tiempo. Será cosa del progreso ese.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Con la distancia que nos separa, Profesor, almas gemelas en lo que cuentas. A veces garabateo un poema en el envés de un papel usado, pero es en el ordenador donde se fija el texto y donde mi mirada se complace o no con lo escrito. ¿Se gana? ¿Se pierde? Antes la pluma y ahora otro artilugio. Siempre un intermediario.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Hola Francisco. Al final todo va quedando de recuerdo. Antes un abre cartas era algo muy utilizado pero la modernidad ha hecho que pase a segundo plano. Lo más importante es que ocupa un lugar privilegiado por el regalo que te hizo tu amigo Juan Lanza.
ResponderEliminarAbrazos
Mi amigo está en una situación física muy delicada y esta podría ser mi despedida. Todo lo mejor para él.
EliminarAbrazos.
El ordenador nos ha traido muchos cambios. es para muchos un balioso adelanto. Pero sobre todo para nosotros las personas mayores nos ha cambiado la vida haciendo que nos sintamos felices utilizandolo para nuestras humildes creaciones. En especial para comunicarnos y sentirnos acompañados@. Con las visitas de nuestros@seguidores@.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro que así lo aprecies y así lo destaques, Josefa. Por este medio nos relacionamos con mucha gente de cualquier parte del mundo y eso es maravilloso.
EliminarUn abrazo.
Se ha perdido la antigua costumbre de escribir cartas a mano.
ResponderEliminarAhora con el ordenador llegan las cartas con la mayor velocidad.
Ya tampoco son útiles aquellas máquinas de escribir. Tengo guardada una que pertenecio a mi padre en el trastero. La comodidad de escribir en el teclado del ordenador, no la tenía aquellas máquinas. Si tuviera que escribir ahora en ellas no me cundiría como en el ordenador.
Besos
También guardo una máquina de escribir eléctrica en un altillo de mi casa. No pienso escribir con ella, pero la gané en un concurso de redacción y está ahí olvidada como un trofeo. Gracias, Antonia.
EliminarBesos.
bonita entrada llena de vos
ResponderEliminarMuchas gracias por dejar tu opinión. Recomencemos cada día, esa es la tarea.
EliminarUn abrazo.
Los recuerdos sentimentales son un gran tesoro y hay que guardarlos cómo tal, yo también guardo unos cuantos, algunos muy visibles y otros no.Saludos
ResponderEliminarEsos recuerdos refuerzan nuestra memoria y los jirones de vida que van unidos a ellos.
EliminarUn abrazo.
Yo también guardo uno con cariño aunque como bien dices ha caído en desuso. Los tiempos cambian ya no llegan ni cartas comerciales. Internet ha podido con todo. 😘
ResponderEliminarEs cierto, Katy, ni siquiera las factura de luz y agua. Ahora a todos nos toman por expertos informáticos.
EliminarUn abrazo.
¿Quien le iba a decir a ese abrecartas que pasaría a la historia?
ResponderEliminarNo creo que tanto como para la historia, pero sin duda esa mirada a lo pequeño y no útil en este momento me ha hecho mucho bien.
EliminarOtro abrazo.
Francisco, tu poema tiene el colorido otoñal, dorado y rojizo, amigo...Ahí está la nostalgia del lápiz, del papel,de las cartas y de todo lo que utilizábamos con cariño, que ahora se va quedando en el olvido...El ordenador nos ha plantado en el futuro, mientras miramos atrás con cierta tristeza...
ResponderEliminarMi felicitación por tu claridad y profundidad, amigo.
Mi abrazo y feliz semana.
Algunos estamos trasplantados en el ordenador. La suerte es que mi hijo Carlos me salva de los desaguisados que cometo. Gracias por tu constante amabilidad para conmigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Yo aun conservo el mío, los bolígrafos si los uso, yo aun escribo en papel todas mis cosas y los conservo archivados con fecha y hora en un cajón, luego los paso a la computadora. Soy rara me dicen pero escribir en papel me encanta, aveces uso taquigrafía que ya no se usa. Saludos amigo Francisco. Que lindos recuerdos.
ResponderEliminarEres muy metódica y cuidadosa y te felicito por ello, Sandra,
EliminarUn abrazo.
Yo tengo aun un abrecartas, con forma de espada toledana, que ya no uso apenas, pero lo guardo con cariño porque era de mi padre.
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