Un día seré materia
inerte,
exhalación última y
despojada,
como poma de Newton
a merced
involuntaria
de ser polvo.
Se cerrará sobre mí
la noche
y mi albor habrá
trascendido
en busca de la Luz
o quizás de las
tinieblas.
Me habitará la
noche,
pues de la noche
vine
y a la noche
camino,
salvo que la
misericordia
me de su mano
y me rescate e
ilumine para siempre.
Un día seré polvo,
mas polvo enamorado (1)
de la vida,
a la que me
atrinchero
en tanto me sienta
exánime.
1 (Homenaje a
Francisco de Quevedo)
Hola Francisco. ¡¡Qué bonito el poema!! Un buen homenaje a este escritor de poemas y narrativa.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Isa. Esos son los ojos con los que tú miras lo que hago.
EliminarUn abrazo.
Lo importante es que la manzana al caer no nos atice en la cocorota.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco, y feliz día.
En mi caso, la caída del peso de la manzana, multiplicado por la gravedad, no es tan dura como mi cabeza.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Llegará ese día en que todos seremos polvo aunque para los que tenemos fe también llegará ese día donde todos estemos disfrutando de la presencia del Padre.Saludos
ResponderEliminarEn eso confío, Charo.
EliminarUn abrazo.
Mientras nos llegue la hora, se procura vivirla de la mejor manera.
ResponderEliminarBesos
Y vivir en paz con uno mismo y con el entorno, ya que es muy difícil acallar la conciencia.
EliminarBesos.
Serio y divertido a la vez. Tienes luz para rato por eso escribes tan lindo. Cariños
ResponderEliminarMuchas gracias, Rosa María, por el concepto que tienes de mí.
EliminarUn abrazo.
Mientras llega ese día sigamos escribiendo y amando. Hermoso poema amigo Francisco, Saludos,.
ResponderEliminarNo siempre está uno igual de inspirado, pero que las musas lleguen mientras escribimos, Sandra.
EliminarUn abrazo.