A mi hermana Isabel Espada Villarrubia
Se acomodó a la
madrugada
como quien al día
le abre el dobladillo
y le da de sí, y le
alarga el bajo,
y le roba al sueño
la placidez
de musicar algún
que otro ronquido
ribeteando la
mañana del dulzura.
A muy tierna edad
se inclinó
o fui inducida a la
costura
y se aplicó a ello
sin fruncir el ceño:
se hizo mujer, más
tarde madre,
y siendo abuela seguía
sobrehilada
al mismo e
indefinido ovillo.
Se ponía de pie y
se sentía extraña,
encorvada como
estaba bajo el flexo;
trazaba los
patrones con destreza,
con la ilusión de
no repetir, de no orillar
lo que en otras
ocasiones había hecho.
Su hebra era
siempre precisa,
ni muy corta, ni
muy larga;
entre hilvanes y
alfileres
enjaretaba las
piezas
que salían casi
definitivas a la máquina.
Largos desvelos,
ininterrumpidos sueños,
entalles, tablas,
festones y jaretas,
pliegues, blondas,
rizos y flecos;
de todo un poco,
según le acomodaba.
Y en la mañana,
tras de la entrega,
monedero cesta y al
punto a la tienda,
en tanto los cuatro retoños despiertan..
Bonito poema dedicado a una hermana que realizaba una profesión hoy prácticamente desaparecida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, Emilio, ella ha sido de las últimas.
EliminarUn abrazo.
Estupendo homenaje al buen hacer de tu hermana. Seguro que le gustará el poema.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Ciertamente le ha gustado, como a todos quienes le amamos. Gracias, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
La entereza y la labor sacrificada y callad de la mujer, la has expresado muy bien a través del homenaje a tu hermana.
ResponderEliminarPor ahí anda guardada la máquina de coser de mi madre. Ella tan sólo cosía las cosas propas de la casa, aunque nunca salío de sus manos ningún vestido, ella no aprendió nunca corte y confección.
y en cuanto a mí, nunca tuve la tentación de usarla y desconozco el manejo de ella.
Besos
Mi hermana se dedicó por entero a la costura y creaba desde ese mar inmenso que es una tela derramada sobre la mesa de corte. Era, además, muy perfeccionista y la mejor modista del mundo mundial, Antonia.
EliminarBesos.
Qué bien has expresado con metáforas propias de la costura esa profesión callada y entregada. Tu hermana además de coser bien, también es maestra en paciencia,en tesón, en constancia y en fortaleza. Mi felicitación para ella y para ti por este bello y merecido homenaje...
ResponderEliminarMi abrazo admirado para los dos.
Gracias de parte de ambos, María Jesús. Fue un referente en el pueblo y hacía desde vestidos caseros a fiestas y novias. Mi hermana es lo mejor y lo más grande.
EliminarDos abrazos para ti.
Que hermoso poema le dedicas a tu hermana y a su bonito trabajo de la costura.Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Charo, por tu palabras.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Qué bonito poema de reconocimiento a tu hermana. Desde luego para sacar a cuatro hijos a delante ha tenido que dar muchísimas puntadas. Muy bonito el poema.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, Isa.
EliminarUn fuerte abrazo.