Ha llegado el
crepúsculo
sin percatarme que
el sol
ha dibujado su declive
y ahora marca
ojeras hacia el poniente.
Es ese tiempo oblicuo
que va marcando el
rigor desaforado
en favor de la
mesura,
donde la meditación
hace por asentarse.
Se adivina la noche,
casi se hace
palpable
y todo se hace apacible,
sin la tensión y
premura de la urgencia.
Que interrumpa su
camino,
que no retroceda,
pero que me de
tregua
a recrearme en el
instante y dilatarlo.
Quiero recrearme en
el instante,
medir los espacios,
reflexionar
sobre los muchos
errores
y sacar la molesta china
que se coló en el zapato.
El sol renunció a su
espada de fuego
y a mí se me fueron
fugando
el fulgor y la
arrogancia:
mi espada es ahora
filo desdentado en busca de ternura.
El crepúsculo siempre resulta sugerente y es difícil mantenerse al margen y no establecer semejanzas con uno mismo. Muy ocurrentes y atinadas las tuyas, por cierto.
ResponderEliminarYo temo más hoy la llegada de la borrasca.
Un abrazo, Paco.
Primer día en Sevilla sin calor extremo. Esto es una gozada. Gracias por tu opinión, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Las puestas de sol son ahora increíbles. El cielo se torna de variados colores (azul, morado, rosa, naranja, amarillo, rojo) mientras el disco solar se esconde poco a poco detrás de la Sierra de Francia.
ResponderEliminarTe he descrito la puesta de sol que vi ayer en compañía de mi hijo de tres años.
Un saludo
Por un instante he sentido que me agarraba a la otra manita de tu hijo y contemplaba con vosotros el panorama. Gracias, Carmen, por esa belleza.
EliminarUn abrazo y un besito para tu criatura.
¡Qué preciosidad...!
ResponderEliminarCómo has combinado el tránsito del alma con el tránsito del sol.
La madurez es la cosecha de la vida, y el sosiego y la serenidad con filos de ternura son nuestros mejores aliados.
Un abrazo grande :)
¿Cómo haré para pagarte, Maite? Gracias por tus derroches, por esa madurez en tus años todavía joviales.
EliminarUn fuerte abrazo.
Lo bueno del crepúsculo es que después amanece.
ResponderEliminarUn abrazo.
La muerte no deja de ser sino un tránsito similar, Emilio, un nuevo despertar.
EliminarUn abrazo.
La puesta de sol es un gran regalo que nos ofrece la naturaleza y que a mí me encanta....todos necesitamos ternura por más años que cumplamos.Saludos
ResponderEliminarSeguramente que mayores dosis de ternura según envejecemos. ¿No es cierto, Charo?
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Preciosa la puesta de sol. Preciosos los versos y ese relajamiento que pones en ellos. Con el tiempo todos nos vamos sosegando y le damos importancia a lo que lo tiene.
ResponderEliminarAun sigues haciendo honor a tu apellido y tu espada aun no está dentada ni desgastada.
Abrazos
Preciosa tú, Isa. Te agradezco mucho el mucho cariño que me demuestras día a día. Es recíproco y tú y Antonio lo sabéis.
EliminarUn doble abrazo.
El Crepúsculo junto con el amanecer son los momentos más bello del día. El Crepúsculo marca la finalización del día y el Amanecer la esperanza de un día nuevo que nos llene de ilusión.
ResponderEliminarBesos
Gracias por tu comentario, Antonia. Se nota que sabes mucho de luz, por eso te fijas por igual en ambos momentos del día.
EliminarBesos.
El crepúsculo es tan maravilloso, a mi me encanta.... Lindo poema amiga, saludos.
ResponderEliminarGracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.