Con la lluvia,
se ha refugiado el sol
y habitamos las tinieblas.
Se agudiza el pánico
con el ensanchamiento del
coronavirus
y la política anda
atrincherada
en el corto plazo
de las próximas elecciones
o vaya usted a saber qué
intereses les mueve.
Todavía no hemos sabido
descifrar el mensaje
y seguimos sin corregir una
coma,
como si esta pandemia fuera
ave de paso
camino de desaparecer
sin dejar tras de sí un
cambio profundo.
Gracias al Covid-19 hemos descubierto
que una gran parte de los
niños de los países ricos
no tienen medios informáticos
y en el resto de mundo deben
ser mayoría:
las clases presenciales se
hacen obligatorias.
Un número muy considerable
de trabajadores
están a la espera de su
reincorporación
y sobreviven con una ayuda
estatal
que anuncia su desaparición
sin que puedan volver al
trabajo;
pero el drama son los que trabajan
en precario,
sin derechos, sin seguridad
de ningún tipo
y acumulando deudas.
Los autónomos, falsos y
verdaderos,
pertenecen a otro escalón
social
donde la penuria y las
deudas
luchar por la primogenitura;
la distancia social se hace
cada día más ancha,
mayor la brecha entre
quienes no carecen de nada
y quienes carecen de todo. Encima,
éstos viven en casa de juguete
y hacinados.
Un pacto con las empresas de
suministros
consiguió que a nadie corten
el fluido eléctrico
o el agua por falta de pago,
pero las deudas se suman a
la de los alquileres
y la empresa pública vende
los inmuebles
a los fondos buitres…
La lluvia en Sevilla, es una
maravilla.
Pus sí, a pesar de todo, eso dicen: yo prohibiría la lluvia durante el día y que lloviera solo de noche.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
A la carta, como el teletrabajo o la comida servida desde la bicicleta. ¡Qué moderno es Cayetano!
EliminarUn abrazo.
"La lluvia en Sevilla, es una pura maravilla" My Fair Lady, en la película en profesor de fonética Henry Higgins consigue enseñar modales a la señorita Eliza Doolittle, sería cuestión de llamar al profesor para ver si enseña a nuestros políticos y empresarios todos ellos personajes de medio pelo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Emilio. Esa bellísima película nos dejó una muletilla recurrente para usos diversos.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. La lluvia de las nubes es maravillosa, sin embargo la lluvia de tormentas y desastres para la enseñanza pública, para hospitales y centro de salud es una lluvia muy acida que va minando y dejando un país lamentable por falta de medios que no han sido capaces los que nos gobiernan de proporcionar a todos los servicios púbicos.
ResponderEliminarComo dice Amapola se avecinan grandes y negros nubarrones.
Abrazos
Nos enfrentamos a unas difíciles circunstancias, Isa, que tendremos que sortear procurando salvar lo más valioso: la vida.
EliminarAbrazos.
Una terrible y mísera situación que me temo va a ir a peor pues no dan soluciones los que tienen que darlas y los ricos son mucho más ricos mientras la clase media va desapareciendo y los pobres van empobreciendo mucho más...¡QUE PENA DE MI PAIS! Saludos
ResponderEliminarCuando se pierde, hay algunos que ganan y muchos que se arruinan. Así de macabro es todo, Charo.
EliminarUn abrazo.
Lo que se avecina, puede ser catastrófico. Vamos a tener una gran crisis económica...bien podrían ir aprendiendo nuestros políticos de lo que van a hacer en Italia...como siempre recortarán las pensiones y el sueldo a los funcionarios, mientras los políticos siguen con sus privilegios, al que por supuesto no piensan renunciar.
ResponderEliminarEn una crisis económica, el país no se puede permitir el lujo de mantener a tantos políticos. Hay múchisimos más por habitantes que en los mismísimos Estado Unidos.
Besos
Parece que estamos predestinados a perder: o nos lleva por delante la leva y nos saca de la vida, o nos deja en la miseria. ¡Mal panorama a la vista!
EliminarBesos.
Estamos descubriendo tntas cosas....
ResponderEliminarY todas desagradables, Tracy.
EliminarUn abrazo.
... Y la Junta va a construir hospitales con participación de capital privado. ¿Que "participación"? No se sabe.
ResponderEliminarLos amigos de lo privado no pierden comba, a pesar de las circunstancias.
EliminarUn abrazo.
Francisco, la lluvia es consciente de todo lo que ha traído el virus y cae suavecita y respetuosa para no alarmar, ni asustar a nadie, ya tenemos bastante con la sanidad y la economía...Estamos comenzando el otoño y vamos a ver cómo lo sobrevolamos, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre.
Estamos comenzando el otoño y un tiempo que todavía no vislumbramos con nitidez, pero que viene acompañada de malos augurios.
EliminarUn fuerte abrazo, María Jesús.
Cuanta realidad en tus letras, por acá esta sucediendo casi lo mismo y es triste. Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarLamentablemente todo esto es extrapolable a cualquier otro rincón de la tierra, Sandra.
EliminarUn abrazo.
...y negros presagios, Amapola.
ResponderEliminarUn abrazo.