Como hay personas atractivas
y otras en cambio repelentes,
también las palabras tienen
su carga emotiva
o por el contrario de
profundidad
y distancia explosiva.
Creados para amar, el odio o
la indiferencia
es la moneda en curso en la
bolsa de muchos;
como si lo duradero y eterno
que nos espera
fuera efímero y no quedara
grabado en el debe o el
haber
de quienes tratan lo sublime
como impuro,
lo útil como superfluo
o inyectan de hipocresía la
leal sinceridad.
Es cierto que somos
mortales,
pero es en lo sempiterno
donde en el hombre encuentra su
razón de ser,
lo limitado de todo cuanto es
capaz
de ser y sentir en lo
infinito
hacia lo que ha sido
llamado.
Quienes son capaces de
convertir la impiedad
en compasión, verán cambiar
su soledad
en feliz acompañamiento, su
tristeza en canto
y su melancólico estado en
alegría.
Siempre basta con cambiar el
signo
para que madrugar se
convierta
en la espectacular fiesta de
la aurora.
Estamos enmedio de una denodada lid entre los opuestos. Lo mejor y lo peor. No sé, Paco. Soy de siempre albergar esperanza... Pero veo una sociedad apabullante, en la que no quepo. Y tristemente, no me gustaria caber. A lo que le doy valor, es obsoleto ya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco, no queda otra, hay que irse amoldando a cada momento del día y saberlo vivir de la mejor manera, bastante jodidos estamos como para empeorarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Somos tierra y cielo. Cuerpo y alma buscando el equilibrio, Francisco. Y hasta que no somos conscientes de que tenemos un espíritu eterno e infinito no cambiamos el signo, ni vemos más allá.Esta pandemia nos obliga a reflexionar a todos y es necesario que lo hagamos por nuestro propio bien.
ResponderEliminarMi abrazo por esa profundidad que mira lo infinito y eterno.
Hola Francisco, entristece ver lo devaluado que está el ser humano, si sólo entendiera, así como decís vos, que hemos sido CREADOS PARA AMAR, que diferente sería todo.
ResponderEliminarAunque creo que todo ésto de la pandemia nos va a hacer reflexionar.
Un beso, Pat (de Mendoza, Argentina)
Pues si. Qué más se puede decir...
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Estos tiempos, están poniendo al ser humano a prueba.
ResponderEliminarBesos
Precioso el espectáculo de las auroras boreales. Así debían ser los pensamientos y acciones de muchos, que no sabrán apreciar los divinos paisajes de la madrugada.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco
Es un buen consejo el que se da en la última estrofa.
ResponderEliminarTodo es según el cristal con que se mira.
Bsos