Amarillea la tarde,
se apoca y se evade por la colada
derramándose.
En el esquivo sol poniente
una señal de esperanza
y la promesa de un nuevo amanecer.
Por los meandros del río,
los encuentros, La Puebla, el ayer
y las promesas que se renuevan
como se actualiza la flora
y la fauna rosácea y alada
en la Dehesa, en los bancales de agua
y en los arrozales.
Marismas abajo el titubeo de la mar
que a veces va y otras viene,
un balanceo, un avance y retirada
que merece la espera
y trastoca la monotonía
de la mar durmiente y anticipada
en vastas marismas luminosas.
Siempre me sorprendes con tus inspiraciones poéticas.Saludos
ResponderEliminarCelebro que así sea y te agradezco que me lo digas.
EliminarUn abrazo.
A mí también, como te ha dicho la querida Charo, me sorprendes con tu inspiración que fascina.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Tengo mucha suerte contigo y también con Charo. Gracias a las dos por dejarme vuestras opiniones tan favorables.
EliminarUn abrazo.