A muy temprana edad,
ya experimenta la adversidad
como imponderable adverso.
Hasta la merienda le ha parecido
un trámite evitable y sin recompensa.
Llueve. La calle, desde la ventana,
es un deseo insatisfecho
y hasta se ve emborronada
y también inalcanzable.
El rigor que puso su madre
en cada palabra le sonó a sentencia
y no admite brecha posible
que permita bajar la escalera:
“¡Hoy no se sale!”
Cae la tarde, la lluvia no es torrencial,
pero tampoco da tregua a un cambio
permisible y divertido.
A tan temprana edad,
ya conoce el sabor amargo de la contrariedad
y aún desconoce que este será
moneda de cambio en el devenir de sus días.
El título de tu entrada me ha recordado el poema de Machado " balada de otoño" incluido en su poemario "Soledades", que comienza "Llueve, detras de de los cristales llueve y llueve, sobre los chopos medio deshojados, sobre los pardos tejados, sobre los campos llueve ...."
ResponderEliminarUn abrazo.
Ciertamente, Emilio, uno no deja de estar impregnado de sus lecturas e influencias, aunque en mi caso hablo de otro tema distinto.
EliminarUn abrazo.
Menos mal que solo fue un "no sales" como sea se recupera de eso.
ResponderEliminarAbrazos.
Incluso cuando no las entendemos y hasta cuando se equivocan, las madres siempre actúan protegiendo a sus hijos.
EliminarUn abrazo, Sara.
Bueno yo eso en m i infancia lo encontraba tan normal que nunca me afectó nada. Saludos
ResponderEliminarEs una suerte o que ya traías de serie la maternidad rotectora.
EliminarUn abrazo, Charo.
En ese momento odiamos a nuestra madre y cuando pasan los años, le estamos agradecidos, por prepararnos a resistir con fortaleza ante la adversidad...
ResponderEliminarCuántos recuerdos me traen los días de lluvia, me encantaba ver llover por la ventana, Francisco.
Mi abrazo agradecido por tus buenos temas.
Tenemos vivencias muy similares y esa experiencia protectora de la madre que ahora entendemos y admiramos.
EliminarUn abrazo, María Jesús.
son las primeras frustraciones.
ResponderEliminarY ese desencanto acaba convirtiéndose en admiración y cariño.
EliminarUn abrazo, Tracy.
Hola Francisco: Es bueno que aprendan pronto a superar una contrariedad.Así seran mas fuertes.
ResponderEliminarSaludos
Tienes toda la razón, las contrariedades son las que nos enseñan a caminar por la vida, no los caprichos.
EliminarSaludos.