La mentira no será verdad
por mucha insistencia,
ni porque se repita hasta la saciedad
con ansias de hacerse vomitiva.
Por mucho golpe que atice el herrero
sobre el hierro frío,
si no ha pasado antes
por el fragor de la fragua,
no logrará cambiar las formas
o la conducta del no incandescente.
Esa cantinela monótona del grifo que gotea
acaba a veces en sonido sordo,
pero nunca en certificación de calidad.
Necesito sacudirme del otoño en mis zapatos,
de las hojas macilentas y caducas
que vencidas por la propia gravedad
mullen el paseo de huellas amortiguadas,
pero eso no deja de ser circunstancial
y por debajo del umbral de la realidad
el pavimento no siempre está bien solado.
Es abrumador y hasta tormentoso
el runrún ruin que no cesa nunca.
¡Ya está bien de hacer de la convivencia
algo absolutamente irrespirable,
de hinchar globos con el flúor del bulo!
“La verdad es la verdad,
dígala Agamenón o su porquero”.
Uno puede estar equivocado, pero mentir a sabiendas es lo peor, es cuando comienza a romperse la convivencia, un lugar en el que nuestro país comienza a moverse.
ResponderEliminarAbrazos.
Prima la materia, el poder, la apariencia y el egoísmo...Ante todo esto la verdad esta acurrucada en un rincón, esperando el día en que por fin brille su presencia y su esencia, Francisco...Mientras tanto asistimos a una hipocresía, que duele y es realmente asfixiante, amigo poeta.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz diciembre.
·Como anillo al dedo" llega tu poema, en momentos que ya hastían demasiado, bien dicho y a punto
ResponderEliminarMe alegra verte
Un abrazo
No soporto la mentira ni a las personas que hacen de ella un uso cotidiano. La verdad ante todo y siempre. Saludos
ResponderEliminarNo se puede tapar el sol con un dedo. La verdad sale a flote y todos las ven, aunque muy pocos toman la iniciativa de actuar en consecuencia.
ResponderEliminarAbrazos.