Tu mirada, en la espuma acrisolada del aire
que rodea mi cuerpo, lo abriga y lo mima.
Esa ojeada, esa lectura posicional de pastoreo
que cuida de mi identidad sin perturbarla,
y también de mi ocio y mi descanso,
el panorama cercano y distante de mi horizonte.
Tu mirada, la fortificación en la que me amparo
y resguardo de toda racha indigna que me azota,
la placidez ociosa del esparcimiento lúdico
integrado en la naturaleza con la sutilidad
de un brote más de hierba desapercibida e incógnita
en la distancia agrimensora, cercana y distante.
Tu mirada: mi confort, mi aliento, mi guía.
Una mirada preciosa no me extraña que te haya inspirado tan bonitas letras. Saludos
ResponderEliminar¡Mirada vida!
ResponderEliminarAbrazos anisados.