12 diciembre 2024

ERAS

 





Eras más, muchísimo más

que un lucido cuerpo en desarrollo,

eras… el continente soñado.


Eras mucho más que una boca prudente

en pavoroso incendio

del que resbalaba una sonrisa de jade

del tamaño de una estocada inocente

encarnada en mujer.


En ti estaba todo el balance

en condiciones óptimas de cotejo.

Y así fue. Y así sigue siendo

más de medio siglo después.


Ahora, agotados los bríos,

cuando ni tu cuerpo ni el mío

se ajustan a patrones y estereotipos

con los que alardear sino de mermas,

sigue incorrupta esa imagen primera,

y con el broche de oro de esta pertenencia

que ni la perpetuidad eterna podrá con ella.


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