Tus huellas por la arena,
por el cuenco entre dos olas,
por el camino polvoriento
que acaba en la trinchera de un seto,
donde se despeña
entre la aridez sin contraste
del duro adoquinado.
Tus huellas, en el deshilachado
de mi corazón maltrecho.
Un abrazo muy grande, querido poeta.
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