Quisiera que al mirarte
interpretaras el silencio
y pudieras traducir cada gesto
que encierra mi mirada,
y los destellos de luz y brisas
que agita tu cabellera.
Hay un sol invisible de ida y vuelta
en cada mirada que llega a ti
y regresa cargada de incógnitas.
Esa pasión que en duermevela
te contempla y te palpa,
te escruta cada gesto
y como fiel esclava me traduce
cada una de tus intimidades…
¿No ves mi cascada altiva y entregada?
¿No calculas el potencial de tal derroche?
¿No aprecias que me vacío en cada mirada?
¿Y si te dijera que eres la roca
sobre la que descansar y colmarme?
¿Y si te dijera que eres fuente para mi sed,
reposo para mi cansancio
y renovación de todo lo caduco?
Electrízame. Tiéndeme tu mano
y no dejes de mirarme.
Que intenso...y bello...Como debe sentirse el amor mas allá del amor..Bsos
ResponderEliminarCelebro que así lo hayas recibido.
EliminarUn abrazo.
Si consigue interpretar el silencio ya tienes todo ganado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque no se logre siempre, con conseguirlo alguna vez ya es una experiencia inolvidable.
EliminarUn abrazo.
De inmensa belleza tu poema Francisco, me ha encantado poeta
ResponderEliminarUn abrazo
Me hace muy feliz tu comentario, Stella. Mil gracias.
EliminarUn abrazo.
Me gusta los bien que reflejas tus pensamientos, en este gran poema.
ResponderEliminarFeliz semana. Un abrazo.
Muchísimas gracias, Antonia.
EliminarUn abrazo.
Qué barbaridad, parece que en lugar del otoño, va a llegar la primavera.
ResponderEliminarA veces lo confundimos todo en el horno de los pensamientos, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Francisco, según te leía sentía que, estaba leyendo una nueva versión de Romeo y Julieta...La misma entrega, profundidad y belleza...Shakesperare tomará nota, de que aún existen ecos y reminiscencias de su gran obra, no lo dudes.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y admirado, amigo poeta.
Cada vez me dices cosas más bonitas y profundas, María Jesús. Tu generosidad no tiene límites.
EliminarUn fuerte abrazo.