20 septiembre 2024

MUCHEDUMBRE

 




Te vi en medio de la muchedumbre

desde la trinchera de mi mirada.

En principio eras una más,

pero la brisa te agitó la cabellera

y a mí me despeinó el corazón.


Al rubor le siguió un escalofrío

como al relámpago sigue el trueno.

Un sudor frío escaló o descendió mi cuerpo

por vericuetos inimaginados,

poniendo en fuga cada célula,

cada gota de sangre en desbandada.


No me sentía el pulso. El reloj

congeló el tiempo en medio de la efervescencia.

Sentí el abandono en cada célula.

Tan solo la mirada se hizo terca

y no me abandonó en ningún instante,

entonces asumí el exilio como salvación

y supe que era en ti, en tus brazos,

donde debía encontrar refugio para siempre.

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