Un monosílabo,
un nombre común
que se hace obsesivo
cuando hay hambre.
Son muchos los hombres
que pasan hambre,
también los niños;
son muchos los hombre,
y los niños,
que tiran cada día
pan duro
o
se lo echan a las palomas,
o a los perros.
¡Qué duro tener hambre sin pan!
¡Qué ocioso tener pan sin hambre!
Existe otro pan,
el consagrado,
el que nos induce
a partir y compartir el pan;
pero andamos enredados
en el posesivo:
yo, mi, me, conmigo…
Y nos olvidamos
del mandato del pan consagrado:
Será por eso que los ricos, pese a sus golpes de pecho y confesiones, siguen aumentado su riquesa, porque delegan.
ResponderEliminarHoy se celebra el día del desperdicio alimentario y somos uno de los paises que más tira a la basura.
Un abrazo.
Son más fiables las obras que las palabras, Emilio, al menos así lo entendió el Maestro.
EliminarUn abrazo.
Últimamente , apenas como pan. Con el encarecimiento de las materias ha bajado mucho su calidad.
ResponderEliminarQue tengas una buena semana. Un abrazo.
El pan es el símbolo de la alimentación en esta zona geográfica, por eso al referirnos al pan hablamos de la alimentación imprescindible para todos.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Me ha encantado tu poema. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Josefa, confieso que para eso lo escribo, aunque no siempre de con la tecla adecuada.
EliminarUn abrazo.
Un poema-denuncia sobre la terrible injusticia que estamos cometiendo permitiendo que haya personas que pasen hambre. Saludos
ResponderEliminarMe alegra que te hayas implicado, Charo. Todos tenemos algo que hacer en esta materia.
EliminarUn abrazo.
El pan es el símbolo de la alimentación para el cuerpo y para el alma...Pero siguen faltando los valores humanos...y sigue habiendo muchos pobres y necesitados, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo agradecido.
No es que no escuchemos, María Jesús, es que no nos queremos enterar.
EliminarUn fuerte agrazo.