Quisiera ser viento para
tus velas,
brisa para tu pelo,
agua para tu sed
y espuma blanca para tu
estela.
Quisiera ser jarcia para
tu amarre,
brújula para interpretar
tu carta,
ancla para tu estabilidad
anímica
y dársena para tu amparo.
Quisiera ser camarote para
tu intimidad
y tu reparador descanso,
reposo donde sueñes
aventuras
y espigón donde hacerte
fuerte.
Quisiera ser el palo mayor
y la mesana,
la escota, la amura y la
driza,
el velamen que impulse tu
vida,
te ayude a navegar y te
proteja.
Quisiera ser la proa de tu
popa,
el timón que ejecute tu
rumbo,
el casco y cada una de las
cuadernas
que te abrace y cuide de
ti.
Quisiera ser para siempre
el grumete de tu vida.
Siempre he querido ser un ave, planear y mirar desde arriba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querer ser tantas cosas a la vez lo veo complicado así que me quedo con el final que me ha encantado.Saludos
ResponderEliminarGran creatividad, Francisco...Ese deseo del verbo querer tiene una música especial, cuyas letras tú llevas de la mano de forma notable y bella.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por este hermoso y genuino poema, amigo.