La gente te reconoce
en lo que cuentas,
pero yo te identifico
en todo aquello que
callas.
En general, todos explican
de sí
lo que sus obras silencian
y hasta lo que les
contradice. Todos.
Absolutamente todos
pretendemos ser
nuestro propio
propagandista
y ahí es donde arrancan
las divergencias
entre lo notorio y lo
recóndito.
En la tiniebla, en lo
silenciado,
es de donde mana la luz
de la verdadera
personalidad.
Ninguno vamos por la vida
desnudos,
mostrando nuestras vergüenzas
o nuestros defectos
físicos,
si puede taparlos un buen
sastre;
solo quien no lo puede
evitar
deja ver a los demás sus
mutilaciones.
¡Hemos aprendido tantas
poses!
Hemos aprendido a engañarnos a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo que más me molesta son la circulación de bulos, de mentiras a sabiendas para crear opinión malsana.
EliminarUn abrazo.
Que razón llevas Francisco...nos avergüenzan nuestros defectos y los ocultamos pretendiendo con eso engañar a los demás y hasta a nosotros mismos...HAY QUE MOSTRARSE SIEMPRE TAL Y CUAL SOMOS, hay que pretender que nos admitan cómo somos y admitir a los demás también cómo son.Saludos
ResponderEliminarFuera caretas, Charo. Limitados, como la totalidad de las personas.
EliminarUn abrazo.
Es la locura. Perfeccionismo en apariencia y cero contenido. Dónde quedó el ser humano?
ResponderEliminarUn abrazo.