Camina a ritmo, sin
prisas;
ni frena, ni acelera,
salvo si se le agota la
cuerda
o las pilas a los de nueva
generación.
Todo comenzó como una
ayuda,
como un referente que guía
la mirada
por un camino turbado, sin
panorámica;
haciendo el recorrido solar
a ciegas
por la alta bóveda
celeste.
Y resultó que el poder,
─como tantas veces─
le convirtió en tirano.
Y de tal tiranía, las
prisas;
y de las prisas, el
desasosiego;
y del desasosiego, la
angustia…
¡Despótica locura!
Hasta ha perdido el ritmo
y corre a su antojo:
se acelera en los
instantes plácidos
y se olvida de caminar
en las noches de insomnio.
Tirano, sí. Un vil
negrero,
una espada de Damocles
con filo de guillotina
dispuesta a cercenar la
vida.
Una obsesión martirizante
que nos somete al tic tac
de su hostil reglamento.
Anda que no se ha inventado nada desde que se descubrió como mantener y generar el fuego.
ResponderEliminarUn abrazo
Fascinante de ler
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Um domingo feliz.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Hermética y poética, como cada invento. Vuelvo con visitas esporádicas, pero vuelvo. Un gran abrazo
ResponderEliminarY cuantos descubrimientos que hubieran podidi ser buenos para la humanidad el tirano del poder los puso en su contra con su consiguiente perjuicio.Saludos
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