A veces me despierto
de madrugada
y me orienta hacia ti
el flujo de tu respiración
y la impaciencia me urge
hasta decir basta.
A veces me despierto
y me columpio en tu
música,
e imagino el pendular de
tus caderas
rodeando mi integridad
toda,
según la partitura.
A veces me despierto,
te tomo de la mano
y se hace más profundo el
silencio,
te acompasas a la cadencia
de mi pulso alocado,
me serenas y consigo
dormirme.
A veces me despierto
de pura impaciencia por
tenerte
y apagas mi pesadilla
solo con saberte a mi
lado.
Me has descrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Casi de la misma edad, casi de la misma tierra... Predestinados.
EliminarUn abrazo.
Despertarse y encontrarse que la perona amada está a tu lado, es la mejor satisfacción.
ResponderEliminarBesos.
Totalmente de acuerdo, Antonia.
EliminarBesos.
Creo que describes a todas aquellas personas que duermen enamoradas en la misma cama.
ResponderEliminarUn saludo
Los sentimientos son universales, Carmen. Seguramente que somos todos más iguales de lo que imaginamos.
EliminarUn abrazo.
Cuanto amor trasmiten estos versos Francisco, me han gustado muchísimo.Saludos
ResponderEliminarQue bellas palabras componen esos versos.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias por así considerarlo y por decirlo, Marinela.
EliminarUn abrazo.
Los sentimientos van marcando el ritmo de la vida y del poema, Francisco...Despertar es volver a vivir,volvemos con "cierto miedo"(, porque cuando dormimos estamos en otra dimensión) y nos tranquiliza encontrar al ser querido.
ResponderEliminarMi abrazo admirado, amigo.