La busca es someter al
azar
el resultado del esfuerzo,
al que se llega con
ilusión
y se sale exultante solo
en ocasiones,
pero nunca fracasados.
Ella estaba al tanto de
las mareas,
seguía sus ciclos casi a
diario
y los ratificaba en el
periódico
antes de emprender la
aventura.
Había convertido su ocio
en un largo paseo
por el espejo húmedo de la
bajamar,
allí donde se duplicaban
cada uno de sus esfuerzos
y la mirada restalla doblemente
ante cualquier hallazgo.
A menudo la mar devuelve
conchas y caracolas
que suenan y sueñan con el
vacío,
pero ella esperaba del
nácar
que le revelara algo del
abuelo
que no llegó a conocer,
del que solo había oído
su actividad en alguna
sobremesa.
En su mente, el lastimero
soniquete:
se hizo a la mar y nunca
más regresó.
Tenho uma neta (11 anos) que adora apanhar conchas nas praias. Belo poema. Linda foto.
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Saudações cordiais … domingo feliz
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
He estado años buscando conchas y cristales pulidos en todas las playas que he ido pero no por los motivos de la protagonista de tu poema, lo mío era mi gusto especial por estos "tesoros" marinos. Saludos
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