Cada nueva criatura,
¿una tabla rasa,
un partir de cero
que nada sabe, que
nada conoce?
No se sustenta,
todo es novedad
tras el amasijo de
meses
en las entrañas gestantes;
pero respira y
hasta se comunica
por medio del llanto.
En breve, se
engancha y succiona
del maná materno,
y la vida es ya una
autovía
por la que discurre
el conocimiento
de quienes le
precedieron.
El nuevo ser se
desarrolla,
se construye a
partir de experiencias ajenas,
acumulada por
generaciones.
Con suerte,
aportará de sí
y vendrá a enriquecer
el patrimonio hallado
en la memoria
colectiva,
bien ejerciendo su
magisterio
o fijando sus
conocimientos en libros
o en otro tipo de
soportes,
cada día más
novedosos.
El conocimiento es
un sumatorio humano
que se trasmite, especialmente
a quienes se dejan contagiar.
Los ancestros viven con y en nosotros.
ResponderEliminarSalud.
Así es, Anna, un todo continuo, una evolución que nos ha traído al hoy.
EliminarUn abrazo.
Mal momento para venir a un mundo tan convulso y en el que los contagios no son, precisamente, de conocimiento.
ResponderEliminarNo te falta razón, pero sin dudas hubieron tiempos muy peores: cuando se trataba de contentar a los dioses con sacrificios humanos o simplemente cuando la ciencia médica no había llegado al conocimiento actual.
EliminarUn abrazo.
Es muy beneficioso dejarse contagiar por el conocimiento, yo me apunto a este contagio.Saludos
ResponderEliminarNo eres la única. Te acompaño, Charo.
EliminarUn abrazo.
Todo el conocimiento representa un enriquecimiento de la persona. Siempre que estos sean utilizdos para un buen fín.
ResponderEliminarEspero que el mes de agosto te llene de felicidad.
Besos
La felicidad no puede tener espera ni plazos, querida amiga. Debemos ser felices cada día al despertar por el don de la vida, aunque es bien cierto que esta tienes vientos a favor y otros en contra. Hoy quiero y voy a ser feliz, entre otras cosas porque cuento contigo para serlo.
EliminarBesos abrazados.
Hola Francisco. Realmente los que nos antecedieron nos han dejado un enriquecimiento en conocimientos que debemos de seguir enseñando a las nuevas generaciones.
ResponderEliminarAbrazos
A ti que tanto te gusta la Naturaleza. ¿Crees que hay muchas personas capaces de subsistir en medio de ella? Capaces de buscar refugio, de abrigarse, de alimentarse, de encender fuego, de buscar agua... Las cosas más nimias de hoy son el descubrimientos de aquellos que nos antecedieron.
EliminarAbrazos.
Buena síntesis de la vida. Desde que nacemos hasta el final, la vida es un camino de aprendizaje y ojalá nunca perdamos la curiosidad y la ilusión por seguir aprendiendo. El espíritu necesita nuevas perspectivas para superarse.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tus buenos temas, FRANCISCO.
Nos apoyamos en lo que ya experimentaron ellos. Si fuésemos tabla rasa nos faltaría tiempo para descubrir la rueda o los metales... Gracias, María Jesús, por tu felicitación.
EliminarUn fuerte abrazo.
Somos la suma de muchas generaciones.
ResponderEliminarAsí es, Tracy, cada generación ha aportado algo de vital importancia para los que vivimos el hoy.
EliminarUn abrazo.
Pues si, una reflexión final que invita a pensar. La filosofía está presente siempre en tus escritos. Saludos
ResponderEliminarPienso, Rosa María, pero apenas soy un ignorante. No hay ciencia en mi, solo curiosidad. Gracias por esa visión que tienes de mí.
EliminarUn abrazo.
Yo digo que soy eterna aprendiz.
ResponderEliminarTodo es tan vasto. La vida no alcanza para aprenderlo todo.
Un abrazo
De los que se consideran eternos aprendices es el conocimiento vasto de la vida, Luján. Nunca es bastante, pero sentir curiosidad nos hace dar un pasito cada día.
EliminarUn abrazo.
La vida enseña cada día. Lindo poema amigo Francisco, saludos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Sandra, tú eres una linda criatura.
EliminarUn abrazo.