Todos expectantes. El
director
hace una mueca y se expande
el silencio;
breves instantes después,
el piano hace un arabesco
endiablado
y comienza el diálogo con la
orquesta.
La agitación es manifiesta
y los silencios
como pausas respiratorias
por las que se evacúan los
suspiros
del alma.
Toca la concertista María Márquez
Torres
en esa postura erguida sobre
las caderas
que subraya su figura.
En una pausa se atusa la
melena
con el aire de los violines
y de inmediato
descifra una escala de agudos
que remata en un aserto
grave.
El director esboza una
sonrisa
cuando se desencadenan los
timbales
y toma el metal el relevo.
María aguarda,
no necesita mirar la
partitura,
pero pasa las hojas
con la seguridad de leer en
su mente
cada nota y cada silencio.
Todos expectantes y los
corazones agitados,
mientras resucita en la sala
Bach
con la interpretación de su
obra.
Hola Francisco. ¡¡Qué bonito!! Me alegra que lo hayas disfrutado. Seguro que fue un concierto de los más grato. La música calma el malestar del alma. Y en estos tiempos las almas están heridas y enfermas por la situación que vivimos.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Abrazos
En esta ocasión ha sido solamente una invención, un ideal de presencia en un concierto de mi prima María, pero que no se ha producido sino que es un homenaje a ella. maravillosa pianista.
EliminarAbrazos, Isa.
Qué bonita es la música y qué necesaria...!
ResponderEliminarDicen que amansa a las fieras y debe ser así, pues cuando la oigo me relajo y me calmo profundamente.
EliminarUn abrazo.
Primo. Es precioso! Gracias, siempre me animas. Un abrazo fuerte!
ResponderEliminarEs mucho lo que te admiro y te quiero, prima María.
EliminarBesos.
Que primo mas lindo tiene Maria... Y que prima mas talentosa tiene Francisco... Y aunque este concierto el no lo ha visto, con sus letras lleno el momento de fantasía...
ResponderEliminarElla sí es una gran artista, yo acierto algunas veces y esa es la gran diferencia. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo, Diva.
Veo que el arte se extiende a la familia. No sabía que tenías una prima pianista. es el piano uno de mis instrumentos preferido. Cuando estuve en Palma de Mallorca mi mayor ilusión fue visitar la Cartuja de Valldemosa. Allí estuvo residiendo Chopin un periodo de tiempo. Me gustó mucho la visita y sobretodo el broche final de ella, en la que un pianista nos ofreció un concierto con composiciones de este gran compositor.
ResponderEliminarBesos
Tras su carrera de piano, María hizo un master en el Instituto Chopin de Varsovia y su interpretación de las sonatas son una delicia. Gracias, Antonia.
EliminarBesos.
Que lindo poema amigo Francisco. Saludos a la distancia,.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.
Qué descripción acertada y hermosa. Solo faltó escuchar la música. Cariños
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