Sed fecundos y multiplicaos,
llenad la tierra y sometedla;
dominad los peces del mar,
las aves del cielo y todos los animales
que se mueven sobre la tierra.
Y el hombre trabajó como un
burro
para ser coherente y
cooperante
con todo lo creado;
fue constante y disciplinado
como hormigas,
acarreando grano para su
alacena,
y rugió como un león
cuando las ratas de sus
vecinos
encontraron las llaves de
sus silos
y tuvo que defender como
gato panza arriba
los logros conseguidos con
el sudor
de su frente.
Y los pedagogos le contaron
fábulas al hombre
para que se mirase en el espejo
de la vida animal
y el hombre entendió que era
él
el más díscolo de todo lo
creado;
entonces asumió ser lobo
para el hombre
y un zorro para luchar con
más astucia
que sus numerosos
adversarios,
y tomó la costumbre de ser
un perro
y no dar palo al agua,
y se hizo terco como una mula,
y nunca más pensó en el fiel
cumplimiento
del mandato divino;
y picoteó las brevas y todo
fruto tierno,
como hacen los mirlos,
sin importarle en absoluto al
que viene detrás
adelantándose a decir: ¡Que
arree!
Y fue así como el hombre
─siguiendo la divina
voluntad─
y ante la dificultad de someter
valles, montes y collados,
y cuanto en ellos existe,
se dedicó a entrar por el
aro a sus congéneres
y así dar cumplimiento al
sometimiento
por persona interpuesta.
El caso es que los hombres tendemos a mandar, a someter y guerrear unos sobre otros, hasta que nos detruyamos a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn saludo
Debe ser algo innato, Carmen. Lo primero que aprenden los niños es a decir "mío" y ese posesivo está por encima de las enseñanzas a compartir, incluso entre hermanos.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Una fábula como la vida misma. Los hombres son, somos depredadores, envidiosos, malvados, ladrones, criminales,...
ResponderEliminarAbrazos
Es verdad, Isa, tenemos muchos defectos, pero también la capacidad de amar, y sólo el amor es capaz de vencer y compartir.
EliminarUn abrazo.
Que claro lo has dicho Francisco y que pena que seamos así.Saludos
ResponderEliminarGracias, Charo, por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Toda una lucha por la supervivencia en la que a veces se olvida el espíritu y los valores humanos...Duelen tus letras, Francisco, pero asi ha sido y es la vida de muchos hombres.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño.
Ya se sabe que el hombre es unlobo para el hombre.
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