Pinto
mi vida
Cazando
mariposas
Sueño
de amor
ARANTZA
GUINEA
Su cara era de porcelana,
quizás por la textura, el
brillo,
o por la fragilidad
manifiesta
y virginal;
en su mirada dormía un mueca
de mortificación,
el brillo apagado de esos
duendes
que pululan por el estómago
cuando no dejan dormir en
plenitud
los sentimientos.
Lleva sellada la bondad
bajo la epidermis de tanta
hermosura;
pero una campanilla muda
anunciaba a su paso
que en su interior dormían
sueños náufragos
como el vuelo imposible
de una mariposa con las alas
rotas.
Sueños náufragos que encontrarán la vía restauradora.
ResponderEliminarGran cariño a través de este abrazo.
Bonito poema Francisco.Respondiendo a tu contestación de la anterior entrada te digo que perdonar es sencillo para mí y que no tiene que ver con el recuerdo de los hechos.Saludos
ResponderEliminarTriste ¿no?
ResponderEliminarTriste poema. Esa mariposa con las alas rotas me entristece.......... Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarGenial. Has hecho un retrato digno del mejor pintor: un rostro de Velazquez... Has pintado el alma.
ResponderEliminar... O mejor me recuerda a Delacroix: "Huérfana en el cementerio"...
ResponderEliminarSaludos :)
Precioso.
ResponderEliminarBesos, Francisco