Era un niño y
recuerdo con gratitud a la
luna
reflejada en un cubo de agua,
de la que no salía
hasta que el contenido
íntegro
se había agotado.
Me empeñaba en ver a la luna
menguar
según se iba consumiendo el
agua,
pero no; allí estaba,
intacta;
cada vez más honda, sí,
como el agua del pozo
después de haber abrevado el
ganado.
Como el queso mengua según
se corta,
como cada tajada de melón
es una luna menguante o
creciente,
según la orientación de sus
bigotes,
este niño no entendía
que la luna que bajó a
meterse en el cubo
se quedara intacta
y al vaciar el cubo
se marchó guardando el
secreto.
La lógica de los niños se mueve más en el ámbito de la inocencia y la imaginación que en el de las leyes físicas.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Las leyes físicas han acabado con muchas ilusiones maravillosas, pero es lo que hay.
EliminarUn abrazo.
¡Quién pudiera volver a esa etapa de inocencia!Me ha encantado tu recuerdo. Un abrazo,amigo.
ResponderEliminarYo no quisiera volver atrás y ser de nuevo niño, pero sí a ser ahora así de inocente y confiado.
EliminarUn abrazo, Juan.
que lindo, y me gusta el análisis del pequeño
ResponderEliminaryo de niño siempre veo un conejo en la luna, con sus orejas largas, observando la Tierra, un conejo gigante solitario en el espacio...
¡Qué visión más maravillosa la tuya, Carlos!
EliminarUn abrazo.
https://www.youtube.com/watch?v=YBV4cFh9hoY
Eliminarbuscando en la web, que significaba que viera ese conejo en la luna, buscando un análisis psicológico o algo similar, y me topo con ese breve cuento, que no tenia ni idea...
memoria genética? memoria de mis antepasados o vidas pasadas?, ya que no recuerdo haber escuchado este cuento, además que soy de Chile y el cuento es de origen Mexicano...
al inicio dejo link del cuento, copiar y pegar en barra de busqueda
Muchísimas gracias, Carlos. Es un cuento bellísimo.
EliminarUn abrazo.
Bien ha valido la pena lo que sea que hayas vivido, para llegar a este momento de letras, con semejante ternura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias, Sara, por tan lindas palabras.
EliminarUn abrazo.
Los niños se fijan en esos milagros naturales, como la luna y el agua, que los mayores asumimos sin importancia...Y es que dentro de la simpleza de las cosas se esconde el misterio, que nos ayuda a seguir adelante...Esa luna en el cubo nos recuerda a todos que, hay una perfecta unión entre tierra y cielo de la que formamos parte como un milagro.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz finde, Francisco.
Quiero rescatar esa inocencia, María Jesús, y con ella su misterio y la capacidad de sorpresa, volver a ser como niños.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me encanta. Estoy leyendo tus textos y me da la impresión que son recuerdos tuyos, no sé si vividos o imaginados pero que en cualquier caso todos tienen algo de ti.
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