Yo era más sabio cuando nada
sabía,
cuando mi vida era un
barbecho
en la maleza de la infancia
y empecé a manejarme con la
Tabla Periódica,
cuando aprendía algo
y creía saber mucho,
cuando me bebía la vida
a grandes bocanadas,
cuando resolvía los
problemas de álgebra
o levantaba un croquis a mano
alzada.
Ahora, en el resabiado otoño
de la vida,
tan sólo sé que la sabiduría
está en reconocer que no sé
nada.
Estoy de acuerdo contigo.Reconocer que no sabemos nada es la más grande sabiduría. Es el fruto de indagar cada día y en ese camino descubrir que nunca llegaremos a saber lo siguiente.Espero me explique un poco.Un abrazo.
ResponderEliminarLa humildad es el buen camino para encontrarnos con la sabiduría; por otro lado, cuanto más se conoce, más se descubre lo mucho que ignoramos. ¿Verdad que sí, Katiuska?
EliminarBesos.
Me has hecho recordar a aquel hombre bueno: "..perdónalos, porque no saben lo que hacen."
ResponderEliminarMi abrazo, Francisco
Ese hombre bueno está siempre presente, Merche.
EliminarUn fuerte abrazo.
Me has hecho recordar unas palabras que dijo un hombre bueno y sabio, al que siempre tengo presente.
EliminarGracias, 🌹
Purito Sócrates
ResponderEliminarAsí es, Tracy. Nacemos como tabla rasa y nos nutrimos de lo que otros han ido descubriendo para la humanidad.
EliminarBesos.
Por muchos conocimientos que se adquiera, más queda por conocer. Esa sencillez que tiene el sabio es fruto de reconocer este hecho.
ResponderEliminarBesos
Esto viene muy bien para que no nos engolemos de nosotros mismos.
EliminarBesos.
Mientras menos sabemos, menos reconocemos que no sabemos. Bueno... porque no sabemos todo lo que falta por conocer.
ResponderEliminarUn abrazo.
No es tanto que no reconozcamos, Sara, sino que ni tenemos capacidad para reconocerlo.
EliminarBesos.