Para nombrar nacieron los
sustantivos
y así distinguir lo que es piedra de lo que es árbol,
lo que es pan de lo que es
fuego,
lo que es tierra o arena de
lo que es madera,
lo que es cumbre de lo que
es abismo;
y pudimos diferenciar entre
la luz y la tiniebla,
entre el día y la noche,
entre la tarde y la mañana,
entre la nube, la lluvia, el
río y los mares.
Y escampó, se iluminó el
arcoíris y supimos apreciar
y nombrar el azul, el
amarillo, el rojo y el violeta…
Se llenó el firmamento de
estrellas
y también de cometas con colas
fastuosas:
de noche dimos el trono a la
Luna
y de día lo tomó por la
fuerza de su brazo el Sol.
Crecían las hierbas, y las
semillas, y los frutos;
aprendimos a respetar a las
fieras
y a ser esquivos mayoritariamente
con ciertos reptiles,
pero nos quedábamos absortos
viendo volar a los pájaros.
Luego nacieron los
pronombres personales
y comprendimos quién soy yo
y quién eres tú,
quienes somos nosotros y
quienes son ellos.
Final nacieron los posesivos
y con ellos la discordia.
Los posesivos lo estropearon todo, solo recordamos el mio y el tuyo, y olvidamos el nuestro.
ResponderEliminarUn bello poema.
Un abrazo
Muchísimas gracias, Julia. Tus palabras son recompensa para mi esfuerzo.
EliminarUn abrazo.
Hermosos pensamientos se han escrito con el posesivo y no menos hermosas acciones se han tenido; es mi amoroso posesivo de carácter altruista, generoso, desprendido... carente de intereses o egoísmos.
ResponderEliminarLos posesivos, cuando priorizan al otro, son amor y carecen de egoísmo. Muchas gracias, Merche.
EliminarUn abrazo.
Cuanta razón tienes en todo lo que dices. Deseamos poseer cada vez más, sin tener en cuenta el que carece de todo...sin embargo, no es más feliz el que más tiene.
ResponderEliminarBesos
Lo explicas mejor que yo, querida amiga. Gracias por tu puntualidad y comentarios.
EliminarBesos.
A estas horas no llevo sombrero, pero si lo llevara, me lo quitaría ante ti.
ResponderEliminarAunque creo que el follón empezó con el pronombre personal YO
El YO es lo primero que desarrollamos desde bebés, y aunque en la escuela se empeñan en que aprendamos a compartir, la duración es bastante efímera. Recuérdame, querida amiga, que te compre un sombrero, que las radiaciones son muy malignas.
EliminarBesos.
Nada me gustaría más, para poder quitármelo cuando te leyera.
EliminarYo también te admiro, querida Tracy, y aspiro a tomar té contigo.
EliminarBesos.
En los posesivos se acaba todo lo que llevábamos ganado.
ResponderEliminarBesos de anís.
Da la sensación de que nacemos perfectos o angelicales, pero bien pronto nos vamos deformando.
EliminarBesos de azúcar.