Duerme y mama;
de tarde en tarde una
sonrisa de trapo esponjoso
en su abarquillado duermevela
cuya presencia se esfuma y
desaparece.
Él es una vida en
desarrollo,
un dulce y rollizo pimpollo
espolvoreado de natilla y
canela
al que sólo le interesa
la cercanía táctil
del busto de su madre,
llevado por el aroma acaramelado
del instinto.
Mes y medio
y una dilatación continua y
generosa
en centímetros a lo largo,
de sueños y remamos
profundos
y encadenados.
Él es como la sonrisa de
Dios,
la esperanza en el ser
humano,
un alma grande en retoño
chiquito
como ascua de luz,
una estrella diminuta caída
del cielo
para alumbrar la sonrisa de
toda su familia.
La inocencia y la pérdida de ella va por centímetros. En cuanto sume algunos más irá comprendiendo que la vida es algo más que dormir y mamar. Por desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Nacemos más o menos perfectos, casi vacíos de contenido, pero nos van llegando "músicas" de todos los signos y nos vamos maleando. Todo depende de nuestro círculo de influencia, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Alto y claro lo dices y así lo siento.
ResponderEliminarCada criatura es eso, una sonrisa de Dios.
Que bellamente nos lo cuentas.
Perdón amigo Francisco por no publicar y visitar con más fluidez, así a este lento paso que me vaya manteniendo, cada día me ocupo más con la familia y menos con el ordenador.
Un abrazo.
Ambar
Por favor, no me pidas perdón. Lo primero es lo primero y los ratos de ocio, lectura y/o tertulia para después de las obligaciones. No te sientas nunca obligada conmigo, Ambar, ejerzamos la libertad para acudir a aquello que entendemos como prioritario.
EliminarBesos.
Es la única sonrisa que le queda a Dios, porque con la que está cayendo no creo que le queden muchas ganas de reírse.
ResponderEliminarNos conoce tan bien que no creo que tengamos recursos para sorprenderle. Pero la sonrisa de un bebé es siempre una nueva esperanza.
EliminarBesos.
Una vida que nace, abre una esperanza a que esa criatura encuentre un mundo mejor. Poco a poco, sus ojos se abren al mundo y curioso va preguntándolo todo. Tiene deseo de tener conocimientos y hay que saber encauzarlo para que un día sea un hombre o una mujer de bien.
ResponderEliminarBesos
Es un tiempo maravilloso del que no nos queda memoria, pero ese descubrir el mundo debe ser fabuloso.
EliminarBesos.
Ese niño nos recuerda la grandeza de la inocencia...El es necesario como tantas cosas de la naturaleza, que poseen la sonrisa de Dios...En esa sonrisa-lago nos bañamos de vez en cuando para recuperar nuestra fé y esperanza en la vida, amigo...Gracias por este bello homenaje.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño.
Él es la gran esperanza y la sonrisa de Dios; también la de sus padres, aunque de malas noches como así debe ser. Muchísimas gracias, María Jesús.
EliminarBesos.
Es precioso el poema en el que Dios se asoma a la mirada claro de sus ojitos tiernos y bendice sus dias con sus tiernas sonrisas cuando mama del seno que lo cuida y lo cuida.
EliminarBello leerlo.
saludos.
Eso es precisamente lo que he querido transmitir, ese Dios que anida en la tierna inocencia del bebé. Muchas gracias por tu comentario, Azulgenia.
EliminarBesos.
Como la sonrisa de Dios y una nueva esperanza para Él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa esperana de que siga siendo para siempre una criatura angelical.
EliminarBesos.