A veces, se me cambia la
polaridad
y la frondosa copa del
abedul
es una raigambre infinita
que huelen a tierra húmeda
con su verticalidad
subterránea;
las naranjas, una
concentración de azahar
y el pomelo el más dulce de
los cítricos.
A veces, los brotes de soja
son gusanos
en la ensalada que pululan
lo verde
alimentándose de clorofila
y las nueces sesos de mono
disecados
que evocan elevados
pensamientos;
hoy le puse a la ensalada un
poco de más sal
y se añadió regusto dulce de
caña.
A veces, me alimento de
hambre
y hago ayuno ante una mesa
repleta
de manjares exquisitos
a los que me afirmo con
severidad.
Lo peor de todo sucede
cuando
odio a quien me ama
y amo a quienes me odian.
Está bien eso de amar a los
enemigos,
─tan
difícil─
pero sin desbancar de su
lugar de privilegio
a quienes por naturaleza y
opción
residen en el núcleo mismo
de mi amante ser.
Me dan ganas muchas veces de cambiar la polaridad y convertir a los refugiados en turistas bien acogidos y a ciertos turistas, esos que del alcohol y el gamberreo hacen profesión, mandarlos a sus casas con cajas destempladas.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Si necesitas ayuda para patentar la idea, aquí me tienes, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
'Si la pesada carne y su natura os pone vuestro Amor algo distante,
ResponderEliminarmirad el firmamento que procura con su fuerza volver hacia levante'
🌹
Precioso tu cuarteto, Merche, como respuesta a esta dualidad de mi entrada de hoy.
EliminarUn beso y una flor natural
Creo que a partir de ahora te recordaré odiosamente cuando tome ensalada, y lo hago diariamente, te advierto.
ResponderEliminarEspero que se te pase y no te hagas una mala imagen mía. Ja, ja, ja...
EliminarBesos.
Lo bueno que es "a veces", porque entonces se van equilibrando las tendencias de los polos, en una trayectoria más adecuada Y con tal pureza en el amar, todo queda protegido.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
El amor es el bálsamo ideal para todas las heridas, querida Sara.
EliminarBesos anisados.