Era toda una conjunción de agua incontenible e inconmensurable, no una vulgar cortina de agua, sino un diluvio que acabó por anegarlo todo y arruinar la vida y los enseres de muchas personas. Todo inservible. Todo a la basura. Camas, ropas, muebles; cientos de personas desalojadas por los servicios de emergencia… la vida misma a la basura.
Era el mes de diciembre en Écija (Sevilla), donde se abrazaron hasta desbordarse de exuberancia el Guadalquivir y el Genil. Era el primer diluvio, pero vendrían otros cuatro. Parece que los cielos buscaran el exterminio. Los que siguieron al primero ya no cargaron con tantos enseres: de nuevo todos desalojados, pero ya no quedaban cuantiosos enseres, apenas quedaba nada, sólo barro y desesperación, y un arroyo que seguía cegado desde antes del primer diluvio; lo cubrieron en su día y creció el suelo urbano, aunque la naturaleza seguía teniendo la escritura y así constaba en el Registro.
Era diciembre de 2010; cayeron en Écija cinco diluvios con sus cinco desbordamientos, pero ya no quedaban cosas que llevarse, ni animales que ahogar en sus granjas. Ya no quedaba nada que arruinar: el barro se había apropiado de todo.
Es que la naturaleza es muy tozuda y exige un día u otro el dominio de su terreno. Claro que de esto no tienen la culpa los sufridos vecinos a pesar de ser ellos quienes han pagado las consecuencias.
ResponderEliminarUna situación así tiene que ser desesperante.
Un abrazo
Y los políticos responsables sin remediar lo REMEDIABLE. Así nos va.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se ve claramente, día a día, la falta de previsión, por aprovechar y construir sin tomar medidas preventivas, Mucho he pensado en esos vecinos que aparecen una y otra vez desolados, luchando contra los acontecimientos, sacando fuerzas que me pregunto ¿dónde las tenían? Y el tema ha acabado... ¿o será hasta la próxima?
ResponderEliminarDicen que las aguas siempre vuelven a su cauce, el construir cada uno donde quiere sin vistas de futuro lleva a estas cosas.
ResponderEliminarY aquí no pasa nada y todo sigue hasta la próxima
Qué barbaridad, resulta de lo mas impactante. Y deben ser para nosotros una llamada de atención, para que aprendamos a respetar a la naturaleza. Cuando sus fuerzas se desatan, nos vemos indefensos ante ella. Ni siquiera hemos aprendido aún a protegernos contra estas cosas.
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
Todas estas lluvias quizás sean las consecuencias del cambio climático. Este año comenzó igual con las terribles inundaciones de Brasil y Australía.
ResponderEliminarLas victimas y la destrucción dependen de las medidas preventivas y de la calidad y ubicación las viviendas en cada país.
En un planeta en continua transformación cualquier cosa puede pasar.
Un saludo.
coincido con A.K.E., los cambios climáticos nos están haciendo pagar caro los descuidos con el planeta, Brasil y Australia en estos momentos son solo llanto y desesperación
ResponderEliminarMenudo panorama el de Écija. O se achicharran en verano o se ahogan con tanta agua. Todavía habrá quien niegue el cambio climático.
ResponderEliminarUn saludo.
Coincido con AKE y Laura.
ResponderEliminar¡Qué fotografias!, ¡qué desgracia!
Besos.
Hay un dicho que dice "De vez en cuando el río saca sus escrituras y reclama lo suyo".
ResponderEliminarSaludos
Habría hecho falta montones de arcas como las de Noe, para poder sobrevivir a esta pedsadilla. Vi por la Tele todo este horror de personas que lo han perdido todo en unas horas.
ResponderEliminarPerdona si no te visito con la frecuencia que solía hacerlo es que estoy de médicos y eso es saber cuando se entra y nunca cuando sales. Interminable.
Un beso
En Galicia pasaba algo parecido creo que en Padrón, y lo resolvieron canalizando debidamente el cauce del río Sara. Desde luego así no es vivir, porque estás pensando siempre en la próxima sin recuperarte de la anterior.
ResponderEliminarEl problema de esta ciudad, sin por ello gozar de exclusividad, es un arroyo canalizado que da problemas de atascos. Cuando se le roban las pertenencias a la naturaleza, antes o después, ésta termina por reivindicar lo suyo.
ResponderEliminarEsta cosas no pasaban cuando el hombre era respetuoso, pero ahora, colmados de prepotencia y apoyados en la tecnología no siempre sobredimensionada, construimos en zonas inundables y luego nos asombramos cuando pasa lo que pasa.
Es cierto que el clima está cambiando, que pasamos de la sequía a la inundación y viceversa, pero nosotros también estamos cambiando y en el sentido erróneo.