Cuando se oculta el sol,
el día se aburre y hasta se estremece.
Es entonces cuando aprovecha la noche
y se acomoda en medio de la oscuridad.
Dicen que las estrellas están siempre,
pero de día no se ven
porque el sol se apropia de todo,
y otras veces se ocultan por timidez
detrás de densas capas nebulosas.
Algo parecido les sucede a las madres:
firmes y seguras como el sol,
pero cuando conviene te sueltan de la mano
y asechan escondidas el titubeo
de tu caminar sin su dependencia.
Por eso, entre otras razones,
si el sol es, con rotundidad,
el rey indiscutible del universo,
la reina y señora de nuestras vidas,
y también de todo lo creado,
es, sin dudas, su Majestad la Madre:
mi madre, tu madre y todas las madres.
Y por tanto y aunque ya no esté'n, no quiero dejar de pronunciar mamá, papá.
ResponderEliminarUn abrazo 🌹
Merche, ellos están con nosotros eternamente.
EliminarUn abrazo.
Un saludo enorme Francisco, sin lugar a dudas el lugar primero es la MADRE, ¡precioso poema homenajeandola
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias, Stella. Me alegro que estemos de acuerdo en que la madre es lo primero.
EliminarUn abrazo.