23 marzo 2025

MEMORIAS DE OTRO TIEMPO

 




En mi juventud también estuve enamorado

-como otros muchos-

de Marisol, de Audrey Hepburn

y una larga lista de la fascinación que el cine

acercaba a mi efervescencia

-como otros muchos-

y me invitaba a soñar

de forma distinta a lo que poco antes

habían sido los cuentos de la abuela.


Un día, nos cruzamos las miradas,

no era del mundo del celuloide,

sino real, vivía en una casa humilde,

-como yo-

pero su mirada era todo complacencia.


Llegué a pensar que era silente

producto cinematográfico

por su radiante sencillez y luminosidad;

pero no sabía de escaletas,

ni de camerinos; aunque se interesaba

por la peluquería como profesión,

y en sus sueños no había celuloide.


Desde entonces fui yo quien giró la mirada

y puse mis ojos en aquella virginidad

real y accesible, noble y de los mío.

En mi juventud, el verdadero enamoramiento

llegó de la mano de la misma llaneza

que desde entonces acompaña mi vida,

tanto en las tormentas como en las bonanzas.

3 comentarios:

  1. No se si ahora nuestros nietos se enamoran de las actrices de cine o de las que salen en los videojuegos.
    Saludos

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    1. Tampoco tengo esa información, Emilio. Lo que es notorio es que pertenecemos a tiempos distintos.
      Un abrazo.

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  2. Tu poema nos muestra etapas de la vida, donde el sentimiento madura al son de valores internos y personales...Hoy, perdidos los valores, quizá todo son apariencias frívolas, que crean castillos de arena...No obstante, confiemos en que todo no está perdido...los jóvenes estudian, piensan y sienten...y también maduran, Francisco.
    Mi abrazo siempre, amigo poeta.

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