Palabras al aire,
al azar,
como quien avienta la parva
buscando el suculento grano.
Te invito a perderte
en mis palabras,
a usar las tuyas,
a barajarlas y confundirlas,
a arrebujarse con ellas y hacerlas propias,
a meditar con ellas,
a jugar con ellas,
a no callar nunca
o a hacer del silencio
misticismo que sea luz
para luego ponerle palabras
de entendimiento y concordia,
sin otra aspiración
que buscar dentro de ti mismo
el tesoro escondido
de la comunicación verbal.
Cuanto cuesta en muchas ocasiones esa comunicación verbal, de todas formas acepto el reto de perderme en tus palabras pero el barajarlas junto a las mías ya no llego a tanto porque sería empobrecer las tuyas y no es justo .Saludos
ResponderEliminarNunca vayas de prepotente, pero tampoco en un plano inferior. Todos nos necesitamos unos a otros, y el diálogo es imposible sin la otra voz; luego igual de importantes ambas, Charo.
EliminarUn abrazo.
El tesoro escondido de la comunión espiritual.
ResponderEliminar🌹
Bueno, Merche, en este caso no escalaba yo tan alto, pero sin dudas que hay mucho de espiritual en un diálogo.
EliminarUn abrazo.
Yo tampoco escalaba tan alto, pero así las recibo.
EliminarUn abrazo de altura
Palabras y comunicación constante, mezcla de voces y diversidad. Y por encima la poesía.
ResponderEliminarSaludos
Gracias infinitas, Francesc.
EliminarUn abrazo