Si yo pudiera decir amo
con la voz inequívoca de los ángeles,
si al afirmarlo traspasara
las fronteras familiares
y también las que dicta al oído
las pérfidas conveniencias,
si lograra sentir, gozar y disfrutar
las bondades de todas las criaturas;
si acaso pudiera limar las asperezas
de quienes me consideran su enemigo
y allanara las distancias en cercanía,
si pudiera olvidar las afrentas
de otros desbocados
que traspasaron mis lindes
y hacer borrón y cuenta nueva;
si yo pudiera desear y conceder
la libertad que para mí ansío
dándola a manos llenas…
Después de eso, me sería fácil
partir y compartir el pan
con quienes carecen de casi todo
y hasta habitar cerca de la perfección.
Muchos "si" condicionales que superar. Un texto que invita a la reflexión.
ResponderEliminarSaludos
Esa misma reflexión a la que me he sometido, al menos creativamente.
EliminarSaludos, Antorelo
Unos buenísimos deseos los tuyos que también comparto y que ojala se hagan realidad. Saludos
ResponderEliminarQue se nos cumplan, Charo.
EliminarUn abrazo.
¡Ay! si yo pudiera decir amo.
ResponderEliminarEs preferible amar y no decirlo.
Siempre hay una expresión para cada anhelo, Tracy.
EliminarUn abrazo.
A veces el miedo, la prudencia y la desconfianza nos impiden mostrar el amor que sentimos por todos los seres vivos, Francisco. El individualismo y el materialismo reinan por todas partes y es difícil conectar desde el espíritu...Faltan los valores humanos, que nos unen a todos.
ResponderEliminarMi abrazo por tus reflexiones, amigo.
La perfección, María Jesús, es una quimera, el sentido en el que debemos caminar, pero ni Google Maps sabe redireccionarnos. No somos imperfectos. Somos incompletos.
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