26 noviembre 2024

EMBRIAGUEZ

 



                                                                A Isabel Barrio

 

En el monótono colorido de la plaza,

con la altivez sencilla de exclusividad

que solo posee el cristal inmaculado...

Ella, sobre sus tacones, sobre su talle

más que infinito casi inmarcesible

hasta el mismísimo vértigo.


No era perceptible por los aledaños,

ni siquiera un eco remoto de clamor

alertaba de su exclusiva presencia.

Era requisito doblar la esquina

y darse de bruces con su estado

para ser atravesado por su espada de luz.


Me resultó inaccesible, inalcanzable,

fuera de la dimensión de mi calibre;

pero mis labios no dejan de soñar

en el tacto húmedo y aromático

que supongo a sus pétalos de fuego,

en los que con gusto ardería

embriagado de dicha por mi fortuna.

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