20 noviembre 2024

A LA CAÍDA DE LA TARDE

 


De aquella lejana niñez

guardo estampas que acabaron

haciéndose paisaje en la memoria.


Próximo a la caída de la tarde,

cuando el sol era triste despedida

y se acababan los juegos

y volvía a casa, entonces,

y solo entonces,

media docena de barcos o más,

se hacían a la mar

con la esperanza de volver al alba

y alcanzar los sueños en la subasta.


Remos, velas, faenas y aparejos,

buena o mala mar,

buena o mala suerte,

y al alba, entristecidos o ufanos

a rendir su oferta en la porfía

y descansar,

para volver a la tarea de nuevo

a la caída de la tarde.

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