16 noviembre 2024

NUNCA

 




                                  A mi madre.


Nunca fui algo extraordinario,

ni física ni intelectualmente,

a penas una medianía

que pasa desapercibida por la multitud.


Allá a lo lejos, un brote verde,

una futura ramita en el jazmín familiar

que siempre se vocaliza

con “E” de esperanza.


Es previsible que me agitara

en todas direcciones y derroteros,

pero alguien iba por delante

y también alguien me seguía.


Entre ambos, ni el más madrugador

ni el tan esperado broche de oro;

uno más en el rango de todos a una:

ni el más hermoso, ni el más grande,

ni el más tierno, ni el más aromático…


Un jazmín más, una estrella blanca

de cinco puntas nacaradas

en manos de la mejor jardinera.

3 comentarios:

  1. Cualquier jazmín o estrella, son una gran cosa. En ninguna parte pasarían desapercibidos.
    Abrazos.

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    Respuestas
    1. Tampoco tú, Sara, pasas desapercibida junto a mí. Muchísimas gracias.
      Un abrazo.

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  2. Con solo la fragancia del jazmín ya te pones alerta, cerca hay algo bonito.
    Un abrazo.

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