El insomnio es la consecuencia
y no in principio activo en si mismo.
En lo oscuro y recóndito de mi cuarto
no aparecen musarañas inquietantes
ni monstruos que alteren la quietud
cuando intento descansar plácidamente.
El insomnio es un examen de conciencia,
un análisis gramatical y hasta clínico
que, a hora y deshoras muy inoportunas,
trata de emparejar cada acto
con sus consabidos emparejamientos.
Cuando tú, lector, trates de hacer hilo
y adentrarte en el proceloso mar
en el que ahora naufrago,
seguramente optes por pasar de puntillas
sin que te contamines, o aplaudirás
el alto grado de inspiración creativa,
o patearás eso mismo porque no te llega.
Solo yo, a solas y garabateando,
sé de la textura y el color de la tinta
y en qué vasos baso la inspiración
que ahora quizás te conmueve.
Por más que quieres dormir, no hay manera, conozco la sensación.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces obedece a alguna inquietud o patología, otras a una urgencia creativa que mete prisas porque te pongas a ello.
EliminarUn abrazo.
Conozco desgraciadamente, desde hace años, esta tremenda sensación. Por la noche crujen las estructuras y los instrumentos musicales de madera, los oyes casi, casi, acompasados. Las cañerías entonan unas canciones de soledad acuosa y las horas no pasan. Esperas el amanecer a riesgo de sufrir una metamorfosis kafkiana.
ResponderEliminarSaludos
En lugar de un comentario casi has escrito un relato, Francesc. Me ha encantado.
EliminarUn abrazo.
Francisco, a veces la inspiración llega a cualquier hora y nos desvela...Todos los días publicas y puede que antes de dormir llegue la idea y la forma, que al día siguiente haces realidad en tus poemas...Si es así, bendita inspiración, que mueve tu mente y tu corazón para seguir creando y recreando la vida, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y mi ánimo.
Lo que hago no tiene ninguna pretensión más allá del ejercicio cognitivo diario. Me influyen las lecturas, los comentarios, las noticias o cualquier otro acontecido. Pero no es la noche o la madrugada mi momento de gracia, sino la mañana. Desde niño he sido buen madrugador y mi momento más lúcido del día.
EliminarGracias por tus ánimos y un dulce abrazo.