La paciencia de la naturaleza
está soliviantada por tanta afrenta,
por tan mal trato irrespetuoso.
Guarda silencio. De vez en cuando
un tremendo exabrupto que hace temblar.
Calla y murmura en sus adentros
Un silencio sepulcral y más profundo
de ese al que nos tiene acostumbrados,
pero debe estar hasta las narices
de tanta vejación impropia y hostil.
Ella es soledad creativa, renovadora.
Silencio y frutos: oxígeno, frutos y sombras,
ardoroso afán monacal y mutismo.
Ella es aposento y nutriente de nuestras vidas,
en tanto le permitimos vivir regenerándose.
Respeto. Soledad y silencio.
Respeto a lo creado.
No le tenemos ningún respeto a la naturaleza, de ahí lo que de vez en cuando nos ocurre.
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto, Emilio. Lo peor es que no ponemos soluciones drásticas buscando otro horizonte.
EliminarUn abrazo.
Buenas tardes, Francisco, desde hace tiempo les hemos vuelto la espalda a la naturaleza. Saludos, amigo.
ResponderEliminarNo sé bien a qué jugamos, Antorelo, pero no podemos seguir así. Esto no es un juego sino algo muy serio.
EliminarSaludos.
La naturaleza es "catedral sagrada" Francisco...Ahí está el Creador y su gran regalo de vida para todos. Claro que requiere respeto, gratitud y amor...¿lo aprenderemos alguna vez?
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y felices días de noviembre.
Me encanta tu definición para la Naturaleza: "Catedral Sagrada".
EliminarUn abrazo entrañable.
Me encanta tu definición para la Naturaleza: "Catedral Sagrada".
EliminarUn abrazo entrañable.
Que nos conste a todos que esto sólo ha sido un bofetón de la madre Naturaleza y puede que vengan más, porque no escarmentamos.
ResponderEliminarEstoy convencido de lo que dices, Tracy. Pero parece que no nos lo hemos tomado en serio.
EliminarUn abrazo.
Le hemos faltado gravemente el respeto a la Naturaleza y en esa ocasión ha perdido su paciencia y ha explotado dejando muerte y destrucción.Saludos
ResponderEliminarLo cierto es que han sido muchas vidas las sacrificadas y a los que quedaron vivos les ha dejado desnudos de todo enseres y embarrados. ¡Qué calamidad!
EliminarUn abrazo.
Lamentable, lo que ha ocurrido en Valencia. Nuestra solidaridad más grande, con la tierra valenciana.
ResponderEliminarUn abrazo.
La contrapartida a tanta calamidad ha sido la solidaridad anónima y un residuo de pillería también.
EliminarUn abrazo.
Nunca se le ha respetado y cada vez está reaccionando con más furia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, Sara, nuestro anhelo ha sido y sigue siendo la máxima explotación posible.
EliminarUn abrazo.