En los volantes de la noche
la brisa abanando tus flecos,
meciéndolos como se mecen
las olas del mar. Música
sin partitura, arpegios de ángeles
por entre las ramas
de los sueños vegetales.
Amores que se hastiaron
de asumir lo imposible
y lo pusieron en brega,
como exigía el maestro
con la prueba del nueve.
Murmullo en las sombras,
silencio en los labios
cuarteados de desesperanza
y soledad anidando en lo íntimo,
soñando anillarse en un beso
tan profundo como interminable.
Esos volantes de la noche y arpegios de ángeles...Hermosas metáforas, que murmuran y a la vez acunan esos amores inconstantes, inseguros...Nos van dejando su eco de nostalgia y esperanza, Francisco. Cada noche ascienden al cielo sueños y deseos incumplidos, que se arrastran en el tiempo y que tus versos nos dejan su eco...
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y admirado, amigo poeta.
Gracias, querida María Jesús. Tus comentarios siempre superan al texto leído. Gracias infinitas.
EliminarUn abrazo muy cariñoso.