Estos días se está representando
en Sevilla La vida es sueño, de Calderón de la Barca, en versión de Juan
Mayorga y dirección de Helena Pimienta, por la Compañía Nacional de Teatro
Clásico. Uno puede preguntarse por qué volver a los clásicos, pero creo que la
respuesta es muy sencilla: los clásicos han pasado por el tamiz del gusto y las
modas de los tiempos y se han convertido en obras intemporales por temática y
calidad indiscutibles.
Segismundo: Blanca Portillo |
Reparto:
Rosaura: Marta Poveda
Clarín: David Lorente
Segismundo: Blanca Portillo
Clotaldo: Fernando Sansegundo
Astolfo: Rafa Castejón
Estrella: Pepa Pedroche
Braulio: Joaquín Notario
Escenografía: Mambo
Decorados/Sfumato
Vestuario: Cornejo
Maquinista (uno de ellos en
representación de todos): Juan Francisco Guerrero Espada (mi sobrino)
“Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende”.
El montaje y puesta en escena es
extraordinario, cuidada la adaptación, sin desvirtuar el original haciéndolo
más comprensible al oído de hoy, y todo ello con acompañamiento musical barroco
a base de: percusión, guitarra barroca, flauta de pico y viola de gamba. En el
reparto la singularidad de Blanca Portillo en el papel de Segismundo, que lo
bordó llenándolo de autenticidad y fuerza dramática.
“... pues así llegué a saber
que toda la dicha humana,
en fin, pasa como un sueño.”
De la obra, por harto conocida, sólo
diré que se trata de una tragicomedia, una metáfora entre el sueño y la
realidad que encuentra algunos precedentes en el mundo oriental hindú y hasta
en los libros de Job e Isaías: “Será como cuando el hambriento sueña que está
comiendo, pero despierta y tiene el estómago vació.” (Is 28, 8) Segismundo se
une a ello en perfecta síntesis dramática, mediante la duda metafísica sobre la
realidad del mundo externo y el conflicto humano de la libertad y el poder. La teatralización es de tan alta calidad, está tan bien representada que, acabado
el espectáculo, el público aplaudía sin parar, sin levantarse de los
asientos, forzando al elenco a salir a saludar una y otra vez.
Me encanta el teatro clásico, la pena es que por mi ciudad no viene todo lo que debiera y para verlo nos tenemos que trasladar a Madrid.
ResponderEliminarLa verdad es que el teatro clásico necesita de muchos personajes y hoy día es un negocio antieconómico que sólo puede darse por medio del ministerio de Cultura o similar. Aquí en Sevilla tampoco se prodiga, pero viene cada año una semana, y eso mismo hace por otras ciudades españolas.
EliminarUn abrazo
Me encanta esta obra. Me sé fragmentos enteros de memoria porque el tema y los versos de Calderón me fascinan. Los contenidos, aunque sean de otra época, son atemporales y guardan un hondo poso filosófico y, si se quiere, religioso.
ResponderEliminarA disfrutarla.
Un día que tenga tiempo, tal vez dentro de unas horas, te contaré una anécdota protagonizada por un conocido de la infancia que actuaba en un papel secundario en esa obra.
Un saludo.
Vaya, enhorabuena por la parte que te toca. No todos los días se tiene a un familiar actuando al lado de Blanca Portillo, una pedazo de actriz.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Pues sí, mi sobrino Juanfran, aunque es joven, hace ya años que trabaja como maquinista o tramoyista de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
EliminarLa interpretación de Blanca Portillo fue espectacular, increíble, inimaginable.
Besos
Todo el mundo sueña imposibles y por eso no se entiende. Si unificáramos ese sueño en realidades concretas tal vez muchos se cumplirían. Grande Calderón de la Barca.
ResponderEliminarHubo una época que cuando pasaba hambre soñaba con pollos asados volando:-) Las cosas que hace el hambre. Luego con el estómago lleno ya no se nos ocurren genialidades.
Bss
El problema es que no siempre se sabe a ciencia cierta cuando se sueña o cuando se está despierto; cuando se inventa uno o vive la realidad.
EliminarYo hace como dos años que dos hermosas locas de Madrid me hacen soñar cada día con su cocina. Un día me presento y me siento el primero a la mesa.
Besos
Gracias por recordarlo, Francisco. He visto ya dos representaciones de este clásico de Calderón y es una obra que no pasa de moda. Un abrazo.
ResponderEliminarYa conocía la obra, Paco, pero esta representación es espectacular. La mejor que he visto nunca.
EliminarUn abrazo
Siempre me han fascinado los clàsicos y muy
ResponderEliminarde acuerdo contigo en tu comentario!
Un lujo en España.
de poder apreciar dichas obras!
tan edificantes y filosòficas,
dignas de la reflexion comtemporanea.
Gracias por compartir
Un fuerte abrazo Francisco
Esta compañía suele representar varios clásicos todos los años: Está unos meses en Madrid y luego sale de gira por las más importantes ciudades para una semana de representación. De aquí se han marchado a Valladolid y creo que venían de Logroño y Bilbao.
EliminarEs una obra sin tiempo al igual que el soñar,así que merece la pena perderse en ella si la teatralizan bien y parece ser que es así.
ResponderEliminarBlanca Portillo me parece una gran actriz que en todos los papeles se deja la piel.
Me gusta el ambiente en el que trabaja tu sobrino.
Besos.
En este papel se deja más que la piel, Marinel. Creo que es uno de los personajes más redondos que he visto nunca interpretar a nadie. Mi sobrino no tiene otra participación que mecánica, pero también tiene una importancia capital en la representación, no él, sino la labor de todo ese equipo que queda detrás de la escena.
EliminarBesos
Auque sean clásicos, siempre es un placer acudir a una representación porque se disfruta y siempre está la impronta del director... quiero decir que aunque el mismo tema, misma trama y final, la manera de presentar la obra, cambia. Siempre un VIVA por la cultura, primo. Besosssssssss
ResponderEliminarEl teatro es seguramente el mejor de los espectáculos, al menos para mí.
EliminarBesos, prima
No debe perderse aquello bueno que uno puede vivir, sería injusto con uno mismo.
ResponderEliminarGracias por contarnos y aunque no podamos ser parte presente de este clásico, lo somos por tu entrada.
Ha sido un placer. Los pensionistas no nos podemos permitir muchos dispendios, pero un espectáculo sublime como este es una ocasión única.
EliminarUn abrazo
Yo siempre encuentro una buena excusa para volver a los clásicos. Soy una apasionada del teatro, y en especial del clásico. Disfruto enormemente con Lope, Calderón, Shakespeare o Molière. Creo firmemente, monsieur, que son cosas sin las cuales tal vez no valdría la pena vivir.
ResponderEliminarFeliz domingo
Bisous
Mi muy admirada Madame; vos estabais allí, en la escena, como un personaje más. Hablaban de su linaje, de su estirpe, y así lo presentí y lo confirmaron mis ojos. ¿O tal vez lo soñara?
EliminarBisous
Sí, soñamos lo que somos e incluso hoy, algunos lo que podrían ser, pero cada uno en sentido contrario: los ricos más ricos, los pobres, menos pobres. Pero aparte interpretaciones más o menos acertadas, son obras inmortales, cuya lectura o mejor, mucho ver su interpretación produce gran satisfacción.
ResponderEliminarUn saludo.
Al pobre, para no caer en la desesperación sólo le cabe soñar que está mejor de lo que lo está realmente. Como dices, son obras inmortales que uno nunca se cansa de ver.
EliminarUn abrazo
Es una de mis obras preferidas y no solo porque me gusta, también porque en mis pinitos en la radio recité alguna vez a Segismundo
ResponderEliminarbsss
¡No me digas, Rita! Tienes que hacer una grabación y deleitarnos a tus seguidores. Cuelga un día el famoso monólogo de Segismundo.
EliminarBesos
No me tientes......mi voz ya no es la que era pero...quizá quizá...
Eliminar¡Ánimo, Rita, tú puedes!
EliminarEs que "La vida es sueño" es mucho Calderón, y Blanca Portillo, es mucha Blanca!
ResponderEliminarYa me gustaría a mí verla... a ver, a ver!
Besotes!
;)
Creo que ya han pasado por Bilbao, Edurne. Blanca Portillo bordó el papel de ese príncipe preso de si mismo y de su padre
EliminarBesos
Me encantaría ver la rèpresentación.
ResponderEliminarUn abrazo
Si tienes ocasión de verla, no te la pierdas. Esta semana está en Valladolid, pero si miras en la web de la compañía puedes saber dónde las próximas representaciones.
EliminarUn abrazo
Y los sueños, sueños son.
ResponderEliminarAlgún día ... ¡Cómo me gustaría estar hoy en Sevilla!!!
Un abrazo!!
En Sevilla hay otros dos atractivos que son permanentes: la ciudad y este tu cicerone que se pone a tu servicio.
EliminarUn abrazo
Hola Paco, me alegro que disfrutes de esa bella obra de teatro. Date ese capricho tú que puedes y lo tienes muy cerquita.
ResponderEliminarEnhorabuena a todos los actores maculinos y femeninas.
Saludos y besos