20 febrero 2013

LA COMETA


Un pequeño impulso, una aceleración de unos metros y le fue dando hilo a la cometa; la ilusión en sus ojos y el extremo del cabo bien firme a su mano derecha,  aunque no dejaba de oscilar y cambiar de dirección a cada instante. Allá arriba, muy alto, la esquelética estructura de cañas parecía tan frágil que no podría aguantar la tela que presentía en fuga; de repente jugueteando entre nubes con volteretas y arabescos, se iban formando volutas caprichosas y grumosos capiteles que le daban la apariencia y esbeltez de un templo gótico. Cuando quiso reparar no estaba solo en la plaza, sino que muchos otros, jóvenes y mayores, correteaban la planicie portando la rienda móvil de aquellas arquitecturas ficticias que simulaba el templo sagrado de los dioses en medio del ágora. La brisa del atardecer hacía fluctuar las posiciones como si de un elemento vivo se tratase. En las alturas, las nubes, como excitadas por el juego, contribuían con figuras etéreas que parecían animadas en vez de pétreas. De cada cuerda un fuste, cada cometa un capitel; los niños basas móviles que daban consistencia cambiante al templo de la diversión; el movimiento de las alturas como nervaduras de una cúpula siempre abierta a lo altísimo y en el ánimo de los participantes el miedo a que se echara el viento antes de que cayera la noche y que el templo se derrumbase.


23 comentarios:

  1. Bella descripción del cuadro. Como la vida , a veces hay que echarle hilo al cometa para que vuele.
    Me ha venido la frase de Hellen Keller a la cabeza
    "Nunca se debe gatear cuando se tiene el impulso de volar”.
    Buen miércoles

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  2. ¡Quién no ha soñado alguna vez con ser un pájaro! Por eso nos gustan tanto las cometas.
    Volar pero dentro de un orden, sujetos y seguros, con ese cordel o cordón umbilical que nos ata a la tierra. Una metáfora de la libertad controlada por nosotros mismos. Si perdemos el control, el viento puede destrozarnos.
    Tal vez sea esa la razón de que nos atraiga tanto ya desde pequeños.
    Un saludo.

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    1. El vuelo y la libertad son algo más que metáfora, casi son sinónimos. Gracias, Cayetano.

      Un abrazo

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  3. Sencillamente divino. Besos mil primo.

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    1. Mi prima exagera siempre lo que hago. ¡Cómo te tira la sangre!

      Besos

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  4. Francisco,acabas de bordar con hilo fino la imagen.
    Te ha quedado precioso de veras.
    Besos.

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    1. ¿Y la vainica, también te ha gustado la vainica, Marinel? Muchas gracias.

      Besos

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  5. Armonía y sencillez que se descubre en el cuadro y en tu descripción.

    Un abrazo Francisco.

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  6. Pues no se podría describir mejor, monsieur. De hecho, la descripción ha conseguido ser superior a la imagen :)

    Feliz día

    Bisous

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  7. Una entrada preciosa con aires de cometas que va acompasada con la divina imagen. Cómo me haces recordar mi infancia haciendo volar las cometas de colores…ellas queriendo zafarse de nuestras manos para proseguir su sueño…querían ser como Juan Salvador gaviota y una que otra lo lograba.
    Ahora por lo menos mis sueños vuelan así y más aun…
    Abrazos Francisco, buena semana.

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    1. Gracias, Ceciely, por contarme que te he hecho recordar tu infancia.

      Un abrazo

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  8. Francisco contigo volamos más allá de las letras, precioso texto has escrito.

    Un beso.

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  9. guauuuu, encima el otro día en clase explicábamos la cometa jajaja, y dibujamos una con sus lacitos y todo jejejeje. Un besazo.

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    1. ¿Otra docente? ¡Dios mío, estoy rodeado de maestros, no me califiquéis, por favor!

      Besos

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  10. Hermosísimo relato breve, inspirado en la imagen adecuada. Imaginación rica y pluma fácil para describir tu fantasía.

    Un afectuoso saludo.

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    1. ¡Cuántas cosas me has dicho, Chela! Muchas gracias.

      Un fuerte abrazo

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  11. Siempre me han gustado las cometas y en ocasiones iba con mis hijos a volarlar. ellos los conseguían pero yo era un negado y se me estrellaban todas. Ahora solo dejo volar mi imaginación.Un saludo desde mi mejana

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    1. Los hijos nos superan con frecuencia en muchos frentes, Felipe.

      Un abrazo

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  12. Hola Paco, precioso el texto y precioso el cuadro.
    Quien no ha querido volar una cometa imaginado que quien volaba era él/ella misma. Cuanto más alto y más tiempo la cometa en el cielo, uno/as se imagina que tiene poderes para volar muy alto. Aunque de pronto una racha de aire nos tire, y no podamos de nuevo emprender el vuelo, y se nos caiga el castillo imaginado.
    Bello relato y bella la obra de arte.
    Saludos y besos

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