Vivíamos en Madrid, en Aluche más
concretamente. Allí nacieron mis hijos y allí se hicieron muchachos. Ya no
pensábamos cambiar de domicilio, pero mi vida fue detrás del trabajo y quedaba
una última estación que sería Sevilla. Los sábados eran un día especial para
convivir con mis hijos: cruzábamos bajo la autovía hacia la Casa de Campo y
jugábamos toda la mañana hasta regresar a casa totalmente exhaustos. Mi mujer
aprovechaba para hacer la compra y organizar la casa y la comida, pero para
nosotros era una mañana de ejercicio hasta el agotamiento.
Yo no sólo era más joven, sino
que hasta bastante deportista, así que, además de la caminata corríamos,
saltábamos, jugábamos al tenis o a la pelota; en alguna ocasión nos
embarcábamos y dábamos un paseo por el lago y cada sábado era diferente. De regreso,
volvíamos campo a través y les enseñé a recoger algunas florecillas silvestres
que luego se las regalaban a su madre: “toma, mamá, porque te queremos muchos.”
Reconozco que puede ser una
ñoñería de abuelo, pero lo que me parece más positivo de aquello es que ahora
mi nieto mayor, Alberto, hace lo propio cuando sale al campo acompañado de su
padre y vuelve a casa con la sorpresa para su madre y con idénticas palabras. Con
frecuencia, las cosas sencillas no suelen llegar a ser grandes, pero
milagrosamente se convierten en importantes.
Francisco un abrazo amigo =)
ResponderEliminarHace ya bastante, Ema, que nos seguimos uno al otro y de ahí surgió el cariño.
EliminarUn gran abrazo
Esto que cuentas me suena mucho.También lo llevamos de generación en generación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mismo me pasó viendo leer a mi padre: ahora también mis hijos son buenos lectores.
EliminarPor alguna razon los nietos disfruta muchisimo con los abuelos, quizas por les dedican un tiempo muy particular,el abuelo disfruta del nieto mas que pudo disfrutar de los hijos por falta de tiempo, Esto es una cadena, yo no soy abuela pero veo.
ResponderEliminarGracias recoger el regalo, despues de ver tu blog senti algo grrr, como que no hiba a agradar, pero te doy otra imagen de los prenios haber si te agrada, No lo recibas como premio al merito, es para conocernos mas, y ¿a quien se lo das? a seguidores que te agradan sus blog, hay siete preguntas sencillas sobre ti, que tu eliges, yo no te pregunto cosas que te puedan incomodar. Y mas aun tarde mucho en tomarlo por entender mal el mj y crei que mi indiferencia aparente le molestara. Espero que si lo ves asi sera diferente. Bueno te agobio mas. Nuevamente gracias, eres un caballero, quedan poquitos jajjjaaaaaaaa. un abrazo
Mª Jesús, no eres abuela porque eres muy joven: dale tiempo al tiemñpo. Gracias por el concepto que tienes de mí, pero te prometo que soy muy normalito y pretendidamente sencillo.
EliminarUn abrazo
A mi no me parece ninguna ñoñería... al contrario.. me parece un gesto precioso .. y que haya quedado de ese modo arraigado en tus hijos hasta el extremo de pasarlo a tu nieto aún me gusta mucho más...
ResponderEliminarQue tus hijos hagan lo mismo que tú .. es un orgullo y me enternece muchísimo ...
Un enorme y cálido abrazo
La mejor forma de educar es con el ejemplo, ¿no crees? Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Creo que es un detalle entrañable y que se aprecia mucho y me parece estupendo que tu nieto siga con esa tradición.
ResponderEliminarAhora lo tendrías más fácil, un cuarto de hora caminado por Madrid Río. Sano sanísimo, ya están sentados en el aula toda la semana y me encanta también saber que mis nietos son deportistas como sus abuelos:-)
EliminarBss
Muchas gracias, Leodegundia; muchas gracias, Katy. Os contesto a ambas porque no os va a molestar y porque Katy ha escrito como respuesta a Leodegundia. Decía en otra respuesta que la mejor enseñanza es el ejemplo y eso es lo que ha sucedido.
EliminarAbrazos y besos
Al final, cuando uno echa la vista atrás, se da cuenta de que momentos como esos fueron lo más importante. Son las cosas por las que merece la pena vivir.
ResponderEliminarFeliz comienzo de semana
Bisous
Gracias, Madame, vos sabéis que nos alimentamos de las cosas simples: agua, oxígeno, minerales, vitaminas... cuando nos tragamos algo complejo, resulta que el organismo lo descompone en sus elementos. Por todo ello, Madame, es en lo elemental en lo sencillo, donde están los principios de la vida.
EliminarBisous
Has sabido sembrar Francisco, y ahora ves los frutos. Tú hiciste algo importante de las cosas sencillas y ahora ves el milagro.
ResponderEliminarUn abrazo, me has enternecido.
El milagro del grano de trigo que se convierte en espiga. ¡Cómo se nota que eres docente!
EliminarBesos
Hoy es difícil encontrar flores en las ciudades, aun menos arrancar las pocas que adornan los escasos lugares donde los críos puedan jugar, en lugar de esas flores, dado que los niños tienen gran imaginación, lo que ahora regalan a sus padres y abuelos son bonitos dibujos.
ResponderEliminarUn abrazo.
De la zona que hablo, Emilio, es un parque natural donde no era nada difícil encontrar florecillas. En la ciudad no se pueden encontrar casi flores silvestres, pero también se puede aprovechar a enseñarles a respetar los jardines y el mobiliario urbano.
EliminarUn abrazo
Los hijos, salvo raras excepciones, suelen seguir las pautas marcadas por sus padres, de ahí la importancia de la educación familiar donde se ponen los pilares del comportamiento moral que más tarde regirá sus vidas. Bienvenidas esas ñonerías que todos tenemos. Un fuerte abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarGracias, Felipe, totalmente de acuerdo.
EliminarUn abrazo
Dice un refrám castellano: "Los cascos, salen a la olla".Los que supieron nutrirse de tu mano,siempre sabia, hoy están respondiendo de igual forma. El deporte, la diversión y el entusiasmo, son actividades, que proporcionan un enorme bienestar. Dichoso aquel que a los suyos sale. Felicidades y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias, Olegario, te he echado de menos.
EliminarUn abrazo
Qué sorpresa!! hemos compartido el gusto que se siente paseando con nuestros hijos por la Casa de Campo durante las mañanas de un fin de semana cualquiera...allí aprendieron mis niñas a patinar y a subirse a los árboles, a jugar con sus amigos en las fiestas de cumpleaños del colegio, a buscar a David el gnomo entre las setas junto a los árboles y recoger flores silvestres para mamá....
ResponderEliminarEsas cosas simples, les acompañan toda la vida, y finalmente, las repiten cuando son padres y recuerdan que hubo días en que ésas pequeñas cosas, eran lo que más grande hacían su felicidad.
Besos
No digo que me has imitado, pero sí que por viejo te llevo la delantera. Muchas gracias, Mascab.
EliminarBesos
Las ñoñerías de abuelos: Quién no las siente no pueden saber lo que son.
ResponderEliminarSaludos de un abuelo desde Gran Canaria, Ángel
Gracias, Ángel, ese es nuestro papel y lo hacemos encantados, ¿verdad?
EliminarUn abrazo
La vida está llena de cosas sencillas que precisamente la hacen más vivible.
ResponderEliminarFirmado: otro "madrileño" de adopción.
Un saludo.
Así es, Cayetano, pero con tus hijos arraigados lo tienen muy difícil para volver.
EliminarUn abrazo
En lo más sencillo suele estar la esencia de lo más importante...
ResponderEliminarBuen ejemplo!
Un besote con florecillas silvestres!
;)
Elena, Chelo, Cayetano, Paco, Edurne... Estoy rodeado de maestros, ¿cómo no voy a ir aprendiendo cada día?
EliminarBesos
A veces ni imaginan cuan importantes pueden ser...
ResponderEliminarVengo del blog de los amigos de ACOMPAÑAME a visitarlo y conocerlo.
Le dejo mi saludo y deseo de una linda semana
Muchas gracias, Alborada. Si te dijeras que eres preciosa tal vez acertara, pero no me creerías porque no te conozco; si te dijera que me ha gustado mucho tu visita pensarás que es cortesía; pero si afirmo que tienes un nombre muy poético, no tendrás más remedio que estar de acuerdo conmigo.
Eliminar¡Bienvenida!
Yo también lo hacía cuando niña y mi madre buscaba el florero más grande y allí las ponía.
ResponderEliminarHermosa costumbre, que jamás muera.
Conviene infundirle a los niños cosas hermosas de gran valor y poco o ningún dinero. Muchas gracias, Alicia.
EliminarUn abrazo
Una hermosa costumbre que tu hijo ha pasado a tus nietos. Una costumbre que todos los niños y niñas deberian de practicar. Los mios lo hicieron cuando eran pequeños y mis nietos tambien lo han hecho en alguna ocasion, quiero decir, cuando han habido flores silvestres que arrancar. La primera vez que mi nieto me entregó una flor diciendome: "iaia, para ti" casi me hago pis de la emoción.
ResponderEliminarUn entrañable post Paco que me ha traído hermosos recuerdos.
Un fuerte y calido abrazo
Todos tenemos el corazón en el mismo lugar y nos hacen vibrar casi las mismas cosas.
EliminarBesos
Que ternura, me recuerda un poco a nuestros sábados cuando nuestros hijos eran más pequeños, también íbamos a la casa de campo, con desayuno especial en una de las mesas y luego juegos inventados. Yo no tengo nietos que hagan lo mismo, pero esas vivencias quedan grabadas y se recuerdan con gran cariño. Se ve que eres un buen padre y un buen abuelo. Un beso y que sigas disfrutando de esa familia que has creado.
ResponderEliminarNo quiero que te formules de mí una idea equivocada. Soy muy normalito y hago las cosas que hace la mayoría de la gente. Pero eso sí, disfruto con tu cocina de lo lindo.
EliminarUn beso, María.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGRACIAS QUERIDO FRANCISCO
ResponderEliminarPOR VENIR A COMPARTIR ESTE LUNES AZUL, ME ALEGRA QUE TE HAYA GUSTADO EL PENSAMIENTO QUE PUBLIQUÉ, ES UNA GRAN ESCRITORA Y EL LIBRO ES PRECIOSO.
UN BESO GRANDE.
PD LAS COSAS SENCILLAS DE LA VIDA SON LAS QUE MAS VALEN, LAS QUE NOS ACERCAN A LA FELICIDAD.
Precisamente son sencillas estas estas florecillas de las que hablo y la costumbre transmitida.
EliminarBesos
Hermosísimo y profundo lo que has escrito. Me recuerda los pasados años con mis hijos más niños junto a mi esposo y también la cancioncilla que me habían enseñado en la escuela para el día de la madre:
ResponderEliminar"Flores del campo
de mil colores
hoy en su día
le llevaré
a mi mamita
y con un beso grande
se las daré".
Y como una cosa se asocia con la otra te cuento que a mi madre les encantaban las flores silvestres.
Gracias por tan cálido blog!! De a poco iré leyendo las distintas entradas. Saludos. Elena.
La experiencia que cuento no es única. Te invito a que pasees mi blog, si no te aburre. Muchas gracias por llegar y más aún si te quedas.
EliminarBienvenida, Elena
Yo creo que es muy positivo que hijos y padres compartan juegos y diversiones, sirve para apretar más el lazo afectivo. Lo de las flores no es ñoño, yo diría encantador
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Julia, por llegar y comentar. ¡Ojalá msigas por aquí y te siga pareciendo encantador lo que lees!
EliminarUn abrazo
Si, las cosas más sencillas pero que lindas son...Me recuerdas a mis niños que cuando salían con su padre de paseo y yo me quedaba en casa preparando el almuerzo del domingo, luego llegaban con una florecilla, cualquiera, las más modestas, y me las ofrecían...Que lindos recuerdos y cuanta añoranza!!!
ResponderEliminarun abrazo
Pues es una situación muy similar. No necesitan los niños que se les dicten las normas, sino que vean en sus padres el ejemplo.
EliminarUn abrazo
Hola Paco, preciosas experiencias que a su vez tus hijos van transmitiendo a los suyos. Costumbres sanas el compartir las salidas a los parques y hacer deporte. Seguro que cuando su madre recibía ese ramillete de flores sencillas, se sentía la mujer más feliz del universo. Los pequeños detalles del día a día, son los más importantes. Y son los que quedan grabados en la mente y en el alma. Precioso como lo cuentas.
ResponderEliminarSaludos y besos
La verdad, Isa, es que mi mujer recibía aquellas florecillas como si fuera una gran cesta de flores. Ellos lo aprendieron jugando y así mismo lo trasmiten.
EliminarBesos