El compromiso es una especie de
pacto a dos bandas, una obligación contraída en ese intercambio del te doy y me
das que los humanos sabemos romper a las primeras de cambio. A veces, ese
compromiso está ligado a la firma de un contrato donde lo prometido aparece de
forma fehaciente; otras son simples juramentos de amor, tantas veces sujetos a
veleidades. No es así cuando el amor es verdadero, cuando los sentimientos
conducen al cumplimiento de lo no firmado sino sellado en el corazón. Este es
el caso repetido numerosas veces del perro hacia su amo. En muchas ocasiones ha
saltado a los medios la noticia de un perro que ha seguido esperando a su dueño
eternamente cuando éste ya se había embarcado con Caronte hacia el más allá.
Son innumerables los casos de
perros que han velado por mucho tiempo la muerte de sus amos, como si la muerte
no fuera justificación suficiente para rescindir ese contrato de fidelidad
pactado por el amor. Hace un par de años, en la ciudad de Cádiz, conocimos el
caso de un anciano que fue recogido en la calle por los servicios sanitarios e ingresado
en el hospital de forma urgente. Su perro llegó hasta donde le estaba permitido
y se quedó por el resto de sus días en la puerta de urgencias esperando la
salida de su amo, que ya había sido conducido hasta el tanatorio. Días después,
el animal, además de triste, estaba famélico y todos se admiraban que ni
siquiera se retirara de allí para buscar comida. La gente comenzó a echarle de
comer y el perro se quedó en la puerta del hospital esperando la recuperación
de su amo para siempre.
No es este el único caso, sino
que son numerosos los ejemplos que podemos aportar. Capitán, es otro perro fiel que durmió durante seis años sobre la
tumba de su amo en el cementerio de Villa Carlos Paz, en Argentina. Según
cuentan, apareció un día solo en el cementerio buscando a su amo, hasta que
encontró la tumba donde se dedicó a hacer guardia permanente. El amor eterno
que tantos humanos no sabemos cumplir, ese que solemos romper a las primeras de
cambio, se convierte en inquebrantable en el ejemplo de estas mascotas que no
entienden la despedida repentina de sus amos.
Hola Paco, preciosas historias. Los "animales no raciones" nos dan cada día ejemplo del comportamiento y cariño verdadero por sus dueños. Como tú bien dices, nosotros los animales racionales, a veces somos menos racionales que los perros. Hermanos que se pelean por las herencias. Hijos, sobrinos, o demás familias que no se hablan por malos entendidos. En fin, que mejor tener un amigo perro que a un humano. El egoísmo no esta en el corazón del perro. En los humanos a borbotones.
ResponderEliminarSaludos y besos
Hay veces que la racionalidad nos animaliza, ¿no crees, Isa? Muchas gracias.
EliminarBesos
Ellos nunca rompen su pacto con el humano, lo llevan, como cuentas, hasta mas alla de la muerte, como si al desaparecer el amo para ellos la vida no tuviera un sentido.
ResponderEliminarHermoso y emotivo articulo el que nos has dejado hoy Francisco.
un abrazooo
Muchas gracias, eres muy amable. Creo que lo que les suceden es que se quedan como desorientados.
EliminarUn abrazo
Dicen que los perros son copias de sus amos, por lo que entiendo que esos amos eran gente bondadosa y amados por sus mascota, en cambio nos encontramos con perros asesinos, perros que matan, en base a lo anterior, sus amos dejan de ser seres humanos.
ResponderEliminarUn saludo
Buena aportación, Emilio. Ciertamente hay perros que son muy fuertes y agresivos, pero son los amos quienes les enseñan a atacar a las personas. También hay gente que usa el cuchillo para cortar el pan y otros que los usan para fines inconfesables.
EliminarUn abrazo
Es un misterio la conducta de ciertos perros. Algunos, como bien cuentas aquí, son fieles a sus amos incluso después de la muerte. Muchas veces pienso que algunos de ellos, pocos y escogidos, son sumamente inteligentes. Un sobrino de mi mujer hace tiempo marchaba a la escuela. Cuando se acercaba la hora de salir, el perro abandonaba la casa e iba a buscarlo. Así todos los días, puntual siempre. ¿Cómo demonios sabía el perro la hora de salida sin tener reloj? A veces creo que hay una persona dentro, castigada por el destino o por quién sabe a ocupar el cuerpo del animal. Una especie de reencarnación, que dirían los budistas. El caso es que soy más bien escéptico, pero la idea me ronda la cabeza.
ResponderEliminarComo decía alguien por ahí... Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro.
Un saludo.
Yo tampoco creo en la reencarnación, pero supongo que, así como hay personas más inteligentes que otras, también hay perros más listos que el resto y hacen cosas extraordinarias como esta que cuentas.
EliminarUn abrazo
Siempre digo que debiéramos aprender de muchos animales que con su comportamiento,nos dan lecciones inigualables.
ResponderEliminarHistorias de estas he escuchado muchas, pero además,de niña siempre tuve animales (perra y gatos) y sé de lo que son capaces,tanto si te sienten bien como si notan que estás mal.
Son maravillosos.
Besos.
Gracias, Marinel por tu visión y aportación.
EliminarBesos
Nunca tuve mascota, ya sabes, mi miedo irracional por todos los animales me lo impide, pero sé que el perro es leal de forma incomprensible. Ya me gustaría poder tener un cachorro en los brazos.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Por lo general, ellos notan a quienes tienen miedo, así que con cuanta más naturalidad te acerques a ellos, mejor respuesta de ellos vas a tener.
EliminarMuchas veces encontramos en los animales más afecto y lealtad que en las personas más cercanas. En fin... todo un mundo por investigar el de la etología... Besos mil querido primo.
ResponderEliminarEn etos ejemplos desde luego que sí, prima Liova.
EliminarBesos
De los animales se podrían aprender muchas cosas buenas si fuéramos capaces de prestarles mas atención.
ResponderEliminarPor ejemplo, el instinto protector de las gallinas, y en general de toda madre con cría, es increíble.
EliminarAbrazos
Los perros son inteligentes, amigos fieles, muy agradecidos, a cambio de un poco comida y de cariño siguen a su amo hasta la tumba. Aunque tendremos que pensar con lógica, alguien también con un gran corazón, le llevaría de comer durante esos años.
ResponderEliminarUn gran relato para reflexionar.
Un abrazo Francisco.
Muchas gracias, Rafaela, muchas gracias.
EliminarAbrazos
Emociona saber que hay amores incondicionales, muchos animales dan prueba de ello. Hermoso post.
ResponderEliminarBeso
Por supuesto que hay amores incondicionales, pero también entre las personas.
EliminarBesos
Es verdad, son muchos los casos en los que el amor de un perro nos ha dado una gran lección a los humanos. El padre de un amigo mío murió por tratar de salvar a su perro, pero por cada caso como el suyo vemos cien entre los perros. Ellos son más generosos y más leales.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Un bello ejemplo inverso el que aportáis, Madame, muy bello.
EliminarBisous
Los perros también son fieles entre ellos, pues conocí de cerca la historia de un perro que al morir su pareja se negó a comer hasta que murió también.
ResponderEliminarDe esa otra fidelidad no tenía conocimiento. Lo maravillo del blog es que luego los comentarios vienen a completar aquello que no está en el texto.
EliminarUn abrazo
Los perros detectan estados de ánimo en sus amos mejor que muchos psicólogos o especialista...y por supuesto, que el resto de los familiares, amigos, etc.
ResponderEliminarNo me extraña que se sientan así tras la pérdida del amigo con quien han convivido muchos años.
Siempre he tenido un perro en mi casa. Los animales en casa son una de las alegrías al abrir la puerta de entrada. Siempre vienen a saludarnos, a rozarse con nuestras piernas a pedir que les acariciemos...
En una ocasión, tuve un "boxer" y puedo deciros que sólo le faltaba hablar. Mi hija pequeña tenía dos añitos cuando él llegó también de bebé a nuestra casa. En alguna ocasión llegué a temer que al perro le sucediera algo malo por las trastadas que le hacía mi hija creyéndole un juguete más. Cuando ya era un perro joven y fuerte, que al ponerse de pie era casi más alto que yo (o tal vez sin el "casi"), no podía sacarle a la calle porque siempre iba tirando él de mí y me llevaba a rastras por el paseo, nunca me obedeció cuando le decía: "para, quieto, conmigo, etc). Pero cuando le sacaba mi hija con apenas siete años, inexplicablemente, el perro iba siempre a su lado y a su paso...
Los perros son muy muy sabios.
Besos
¡Qué historia tan bonita nos cuentas, Mascab! Esto viene a rubricar lo que escribí, así como los comentarios anteriores.
EliminarBesos
La fidelidad de los perros hacia sus amos va más allá de la muerte. Recuerdo un caso en Japón de un perro que solía ir hacia el mismo punto de la ciudad donde iba o trabajaba su dueño fallecido, no lo recuerdo. Todos los días, uno tras otro, durante años el peero iba a llí ante el pasmo de la gente. A la muerte del perro le han dedicado una escultura como no podía ser menos.
ResponderEliminarUn saludo
Otra historia muy interesante, Carmen. Cuando me puse a escribir esto no tenía ni idea de la buena acogida que iba a tener, ni de los muchos ejemplos que me ibais a regalar.
EliminarBesos
Aprovecho para mandarte un abrazo. Se me ha roto el ordenador. No se si tiene arreglo y si puedo recuperar ficheros. Así que si no paso por aquí ya sabes la razón. Volveré cuando pueda
ResponderEliminarBss
¡Cómo lo lamento, Katy! Eso significa no sólo que no me leerás, sino que no podré leerte y casi ni siquiera comer. Espero prontas noticias tuyas.
EliminarBesos
Me pregunto si nosotros hemos sentido ese amor tan incondicional. Evidentemente, nuestro raciocinio nos hace ver las cosas de otro modo y sabemos distinguir lo que ya no tiene remedio pero, cuando ni siquiera el instinto de supervivencia es más fuerte que el amor que sienten esos animales por sus amos, me da verdadera envidia ese sentimiento tan intenso.
ResponderEliminarBesos!
Es cierto que es pura nobleza, Merche, pero cada uno cumplimos nuestro papel.
EliminarBesos
Yo puedo contar que a mí me pasó un caso a la inversa, cuando era un niño con catorce años tuve una perra “susi” fuerte y más bien grande, dócil y cariñosa pero fiera y ladradora cuando estaba atada por la noche en la zona que tenía que defender, se puso enferma y me encargaron que la llevara al veterinario, el cual me dijo que tenía que sacrificarla, allí la dejé con un nudo en la garganta; estuve pasando por esa calle, y parando en esa puerta, durante mucho, muchísimo tiempo con la esperanza de volverla a ver. Ella hubiera hecho lo mismo por mí.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué cantidad de bellas historias han surgido a partir de mis palabras! Es maravilloso que esto haya resultado así y quedo a todos muy agradecido por vuestras aportaciones.
EliminarUn fuerte abrazo, José.
Este tema me emociona especialmente porque estoy convencida de la gran lealtad de estos animales y por eso me indigna tanto el maltrato a que son sometidos muchos de ellos. Mi primera perra era un chuchito pero muy lista y buena, una vez tuve que guardar cama durante 15 dias y ella no se movió de debajo de mi cama en todo ese tiempo excepto para comer y salir un momento a sus cositas en la calle, de resto siempre estaba allí quietecita y callada, era un amor
ResponderEliminarun abrazo
dicen q si mueres l perro va dtras
ResponderEliminarte protejen si gruññe a otros
ResponderEliminarno los abandoneis adoptar siempre no por diversion ellos siennte y pdecen como las personas son uno mas ellos nunca lo harian para hacerles daño no los tengais sed humanos q falta hce ycon las personas tb
ResponderEliminar