Su objetivo era ser feliz y puso
todo su empeño en lograrlo, aunque no sabía ni dónde ni cómo buscarla. Preguntó
a un anciano bonachón y taciturno que encontró en una solana a la salida del
pueblo y éste le respondió: “ser feliz consiste simplemente en ser feliz”. Pensó
que ya no estaría en sus cabales y no se lo tomó en cuenta. Se puso en camino y
se dedicó a buscar la felicidad con ahínco noche y día. En una venta, se topó
con un grupo de jóvenes que comían y bebían, cantaban y gozaban y pensó que no
le había sido muy costoso descubrir la felicidad. Se sumó a ellos y hubo un momento
que perdió la noción y cuando despertó estaba solo, tenía un fortísimo dolor de
cabeza y unas nauseas monumentales que le levantaban el estómago.
No, no estaba allí la felicidad.
Se afanó en trabajar para ganar mucho dinero y sólo lograba lo primero, ya que
hacía muchas horas, pero los ingresos eran insuficientes y no podía comprar
todo aquello que le apetecía. Llamó la fortuna a su puerta con un sustancioso
premio de lotería y se sintió poderoso; llenó su vida de caprichos y gastaba a
manos llenas palpando la felicidad por primera vez en sus días búsqueda. Pronto
se vio rodeado de amigos que le jaleaban y exponían sus necesidades, a los que
atendía con generosidad, hasta que se dio cuenta que por ese camino la suya
sería efímera y se hizo muy huraño, por lo que volvió a quedarse solo. Tenía
mucho, pero se sentía un desgraciado.
Se compró un auto de gran
cilindrada con asientos de cuero, pero se sentía solo. Alguien se le acercó y
le ofreció una papelina de coca y al instante se llenó de energías y con una
vitalidad antes desconocida. Lo hizo hábito y volvió a tener en torno suyo a
una camarilla de colegas que esnifaban del dinero que le iba quedando. Acabó
malvendiendo el coche y durmiendo en el cajero de un banco. Volvía a estar
solo. Necesitaba una mano que le sacase del pozo y se sentía muy solo. No le
quedaban lágrimas, a pesar de que nunca había llorado, y hasta había olvidado
su búsqueda. Los guardias le echaron de las calles una y otra vez y acabó en un
emplazamiento chabolista en el extrarradio de la ciudad. Cuando despertó, no
sentía nada, ni siquiera hambre. Estaba en posición fetal y tapado con un trozo
de manta listada bajo una chapa de uralita que repiqueteaba con énfasis las
gotas de lluvia. En el fuego una olla soltaba vaporadas y un aroma que no supo
reconocer. Era media mañana y había dejado de llover. En la calle, media docena
de niños descalzos chapoteaban los charcos y hacían monigotes de barro entre
carcajadas. “Niños, ¿Quién me trajo aquí?” “Mis padres”, —contestó el mayor. “¿Y
dónde están tu padres?” “Buscando chatarras”. Recordó que había salido buscando
la felicidad y comprendió al fin las palabras de aquel anciano taciturno y
bonachón: “ser feliz consiste simplemente en ser feliz”.
Estamos mas dispuestos a escuchar solo lo que deseamos oír, que cuando nos dan una respuesta que no es la que esperábamos la dejamos de lado y seguimos buscando respuestas...que fácil es aceptar la felicidad y que difícil se lo ponemos a veces para que se quede con nosotros..
ResponderEliminarLa felicidad no hay que buscarla, siempre está en nosotros...solo basta con ser feliz....y tú, mi amigo se que conoces mucho sobre la felicidad..un beso con todo mi cariño
Me siento muy satisfecho que haber hecho pensar a mis lectores. No se trata de un tema menor, pero sí de algo que se nos suele escapar de las manos, que siempre achacamos a las circunstancias su carencia, pero nos maravillamos al ver que personas en cuya situación estaríamos amargados son rotundamente felices, algo incomprensible.
EliminarGracias y un beso
Nunca la encontraremos fuera, sino dentro de nosotros. Buena enseñanza.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Cayetano. Para mí no se trata de una enseñanza, sino de una reflexión en la que han colaborado todos mis lectores.
EliminarUn abrazo
"Creo que debo escribir de otras realidades más alegres para contagiar algo de optimismo". El chistesito del 12-12-12
ResponderEliminarMerche
La comedia y la tragedia son las dos caras de una misma moneda, así que no debemos excluir a ninguna de ella; podemos, eso sí, poner el foco donde nos parezca oportuno, pero no anularemos a la otra. Gracias, Merche.
EliminarUn abrazo
Hola Paco. Realmente tienes razón, la felicidad está en nosotros mismo. Nadie nos puede hacer felices ni infelices, si no, nosotros mismos.
ResponderEliminarDesgraciadamente hoy día a muchas personas la felicidad se les escapa de las manos porque no tienen nada, nisiquiera para poder llevarse un pedazo de pan a la boca. Por mucho que deseen ser felices, les falta lo necesario para vivir, comer.
Gracias a los comedores sociales muchas personas pueden tener la pancita llena, aunque es muy triste que no puedas trabajar y que otros te tengan que mantener.
Esperemos que esto se vaya solucionado y las personas vuelvan a sonreir y a ser un poquito más felices. En realidad para ser felices solo se necesita tener salud, un trabajo para poder subsistir y dar una educacuón a los hijos, y nada más. Yo creo que los que nunca hemos tenido lujos prescindimos de ellos.
Graciasssssssssssss
Me ha encantado y me he reido con ese dedito sonriendo.
Saludos y besos para ti y tu esposa
A veces veo situaciones tan dramáticas que me pregunto cómo pueden esas personas sonreír, ser amables, cordiales... hay otras que en circunstancias extraordinarias viven contrariadas, lo que viene a descartar que sean las cosas que nos rodean las que condicionen, sino el carácter de cada quien. Ayer, cuando te escribí el correo ya había escrito esta entrada y posiblemente ahora entiendas mejor lo que quería decirte. Te deseo que seas feliz 24 horas al día de todos los días.
EliminarBesos
Hace poco, en Flickr, una amiga me dejó este enlace hablando de la felicidad.
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/El_p%C3%A1jaro_azul
Gracias por el link que nos dejas.
EliminarUn abrazo
Un buen relato para descubrir los caminos de la felicidad.
ResponderEliminarHace bastantes años ya que deje de buscar la felicidad fuera de mi. Descubrí que no hay razones ni en pro ni en contra. Es una cuestión de actitud y cada cual decide ser feliz con todo lo que ello supone de aceptación.
Bss
Tú vives en vecindad con la sabiduría, Katy, y sabes el lugar que ocupa cada cosa.
EliminarBesos
Uno no se planea "voy a ser feliz por narices", las cosas hay que prepararlas desde que se nace, con ayuda de la gente que te quiere y que tu quieres, uno se va haciendo feliz conforme pasa el tiempo, el golpe de suerte te hace feliz un segundo ¿pero luego?.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tengo un amigo en Madrid que vivía muy feliz en un pisito alquilado; le tocó la lotería y podría haber comprado dos pisos de 100 m en una barriada humilde, pero optó por dar la entrada de un piso muy selecto en una zona muy exclusiva, además de celebrarlo; poco después se acabó el matrimonio, malvendieron el piso... El consumo es insatisfactorio por insaciable.
EliminarUn abrazo
Es tan simple, pero a la vez tan difícil de alcanzar. "Ser feliz consiste en serlo", decía el anciano, pero, como la libertad, es tan difícil definirla... Creo que felices somos la mayor parte de nuestra vida, aunque no lo reconozcamos.
ResponderEliminarUn saludo y se feliz
Por lo general, el que es libre también es feliz, sin que una cosa lleve a la otra indefectiblemente. La aceptación creo que sí es la piedra filosofal de la felicidad.
EliminarBesos, Carmen.
Sólo se trata de aceptar. El inconformismo permanente, el querer más, el deseo de lo que no se tiene, es lo que nos hace infelices.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Cierto, Elena. El incorformismo siempre nos lleva a la insatisfacción, a estar contrariados y amargados.
EliminarBesos
La felicidad es momentánea... es distinta según quien la defina, es un estado del alma, es parte de la persona... un derecho por el que luchar... Besos mil querido primo.
ResponderEliminarEs todo eso, pero sólo es feliz quien acepta aquello que le toca vivir; entonces logra que esos instantes sean continuados, querida prima.
EliminarBesos
YO PIENSO QUE LA FELICIDAD SON PEQUEÑO MOMENTOS DE LA VIDA, ES AQUELLO QUE NOS HACE SENTIR PLENOS: HACER LO QUE NOS GUSTA, ESTAR CON LAS PERSONAS QUE AMAMOS...
ResponderEliminarHAY GENTE QUE POR ESPERAR UNA FELICIDAD DEMASIADO GRANDE, LA DEJAN PASAR SIN ADVERTIRLA.
LAS COSAS MATERIALES TAMPOCO NOS DAN LA DICHA PLENA, SON MOMENTANEOS ESTADOS DE ALEGRÍA.
BESOS
Hacer lo que nos gusta, Luján, pero también hacer aquello que podemos hacer y sentirse satisfecho. Sabemos que no está en las grandes cosas, pero sí en las pequeñas.
EliminarBesos
Si la felicidad fuera algo concreto y supiéramos donde se encuentra, los poderosos nos nos dejarían ni las migajas, se la quedarían toda para ellos. Mejor que sea cuestión de cada uno. Un abrazo
ResponderEliminarLos poderosos no piensan en la felicidad, Felipe, sino en el poder y en el dinero.
EliminarUn abrazo
Un relato que es toda una lección de vida.
ResponderEliminarme ha gustado mucho.
Un saludo.
Me alegro que haya podido resultar una lección de vida, pero no me siento capacitado para dar lecciones ni era mi pretensión. Te agradezco mucho tu forma de valorarlo.
EliminarUn abrazo