Se vistió el invierno su capa de armiño:
los días cortos, las noche extensas,
frías y casi eternas las madrugadas;
desolación en los olivos
con su cetrino verde desnudo,
prestos al acerado filo del hacha
que poda y encauza
los vástagos que se elevan.
En el corral, perdura el llanto
del pavo que dejó de moquear
en Navidad, cuando fue cebado
de pasas, tocino, miga de pan y piñones.
En el huerto, la parálisis gélida
que todo lo adormece hasta decir basta,
y, asomado a la tapia del corral,
el almendro se viste con manto rosado
silabeando una renovación
que ya se adivina y enamora.
En la buhardilla aún quedan higos, granadas
almendras por partir y la arboleda
ya promete una nueva cosecha.
La abuela abana el fuego,
y en el crepitar de las llamas
la abundancia de un cálido rescoldo
gestiona ascuas para la mesa camilla.
Toda la infancia bulle
en los anaqueles de la memoria,
Siempre nos quedará la infancia para buscar entre nuestros recuerdos momentos felices durante los días de Navidad....
ResponderEliminarAquellos días en los que la felicidad no se media por el número de regalos o la calidad de los manjares, sino por la cercanía de la gente que compartía lo que tenía, sin más.
Besos
Qué belleza, gracias por llevarme de la mano de tus letras a la casa de la huerta, donde mi abuela partía nueces al calor de las llamas de la chimenea, y desgranaba las granadas para tragar mejor las migas.
ResponderEliminarAllí, desde la ventana se veía la viña desnuda y el frío posarse sobre las ramas del nogal.
Un abrazo Francisco.
"Toda la infancia bulle en los anaqueles de la memoria".
ResponderEliminarLos que habéis tenido la suerte de tener una infancia rodeada de abuelas, familia tenéis un tesoro. Los que no tenemos este recuerdo nos siempre nos queda la etapa de la inocencia, la de los sueños y la ilusión que intentamos comunicar con ´cariño a los que nos rodean.
Bellos versos que hacen volver la mirada hacia el interior.
Bss
Que bello escribes. Felices Fiestas amigo. Cuidate.
ResponderEliminarEsa pelusilla que se ve en tu nueva foto ¿es una incipiente barba?.
ResponderEliminarUn saludo
Qué tendrá la Navidad que nos lleva siempre a la infancia por la vía del recuerdo y la nostalgia. Precisamente mi entrada del 23 toca ese tema, aunque desde otra perspectiva.
ResponderEliminarUn saludo.
Emilio Manuel: no es "pelusilla". Don Francisco Espada es un caballero "con toda la barba".
ResponderEliminarUn cordial saludo.
ES CIERTO QUE TODA LA INFACIA BULLE EN LOS ANAQUELES DE LA MEMORIA... POR QUÉ SERÁ? NOS ACORDAMOS DE AQUELLAS FIESTAS. YO SOY MUY NOSTÁLGICA.
ResponderEliminarSERÁ QUE FUIMOS MUY FELICES.
BESOS
No me gusta el aire nostálgico de la Navidad, aunque ahota quizá se cumpla eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. ¡Lástima! Un abrazo y Feliz Navidad, hoy desde León ya de vuelta para casa
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