«No temáis, os traigo una buena noticia, una
gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un
Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
Nacimiento en el altar mayor de la parroquia de San Lorenzo - Sevilla |
Nosotros, creyentes y no creyente, celebramos
la Navidad comiendo y bebiendo, derrochando, pero él vino en la humildad y en
la sencillez suprema. Nació en las afuera de la ciudad, en un establo, y fue
acostado en el lugar donde comen los animales. El pueblo esperaba un nuevo rey David fuerte y victorioso que le liberara de todos sus enemigos,
pero su reinado no era de este mundo.
Que el Niño Dios proteja y bendiga a todos los
lectores de este blog y que con su misericordia les conceda todos sus anhelos. «Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.»
Gracias por tus buenos deseos para creyentes y no creyentes.
ResponderEliminarCristianos coherentes de base que actúan conforme a su credo es lo que necesita esta religión para que sea creíble y no ejemplos nada edificantes de gentes pudientes, dogmáticas, intransigentes e insolidarias. Si se mantiene vivo el mensaje primigenio de su fundador es gracias a gente practicante como tú.
Un abrazo.
Tratar a todos por igual no nace de mí, sino del ejemplo del Maestro, quien no hacía acepción de personas: para él todos los hombres son iguales. Un día le llamaron Maestro bueno, a lo que él repuso: "¿por qué me llamas bueno?, bueno sólo es el Padre." Algunas personas llegan a Cáritas diciendo: yo creo... como si esa situación les dieran licencia de corzo. Aquí no le preguntamos a nadie por sus creencias, sino por su situación y sus necesidades. Yo tampoco soy bueno ni ejemplo de nada. Ser cristiano, ayer y hoy, es vivir según el evangelio y las enseñanzas de Jesús, algo bien difícil que sólo se alcanza con su ayuda. El hizo del evangelio Palabra y obra, un mensaje inamovible por mucho que nos empeñemos. Te agradezco el buen criterio que me tienes, pero no soy admirable en nada, te lo prometo, aunque eso sí, tengo amigos entre los que el común de la gente ni siquiera mira, y ellos son sinceros y agradecidos.
Eliminar¡Feliz Navidad! Un abrazo.
Cabría preguntarse como hemos llegado a esto, a desfigurar de esta manera el Mensaje y convertir en una fiesta pagana el nacimiento de Jesús, que los evangelistas nos narran tan escuetamente y de forma simbólica.
ResponderEliminarEl mensaje es muy claro: "Si alguien quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, venda sus bienes, tome su cruz y me siga".
Eliminar¡Feliz Navidad!
Hace mucho que se perdió la esencia de la Navidad que fue cayendo en un consumismo que nada tiene que ver con esta celebración.
ResponderEliminarEsperemos que se recobre la sencillez e importancia de este acontecimiento.
Tal vez se nos ha ido la mano en lo celebrativo. Es cierto que el hecho es digno de alegría y celebración, pero... Yo consumo hoy más que aquella Navidad que recuerdo de niño, y ni es más alegre, ni más celebrada. La verdadera celebración es amar como él nos ama.
EliminarHola Francisco. Feliz Navidad para ti y para los tuyos. Y en los tuyos incluyo a todos los que te leen. Felicidades y ánimo para seguir dándonos ánimos con tus escritos interesantes. Desde Gran Canaria un saludo para todos, Ángel
ResponderEliminarGracias, Ángel. Hago mío tu mensaje y extiendo el abrazo que te ofrezco a cada uno de mis lectores y los tuyos; no sólo a aquellos que comentan sino a todos. Me consta que algunos no lo hacen por timidez, por prisas, por... venir hasta aquí y leer ya merece toda mi admiración y respeto.
Eliminar¡Feliz Navidad a Ángel y a todos!
Francisco,
ResponderEliminar¡Feliz Navidad! para ti y todos los tuyos. Que estéis todos unidos en el corazón.
Un abrazo muy fuerte
Gracias, María. Entre los míos también se encuentran aquellos que me leen, quien a base de insistencia van construyendo mi vida diaria. Un fuerte abrazo a ti y a todos.
Eliminar¡Feliz Navidad!
Francisco, feliz día de Navidad. Lamentablemente el consumismo ha desvirtuado esta fiesta.
ResponderEliminarUn abrazo
No te falta razón, Antorelo. Lo peor que puede ocurrirnos es no darnos cuenta de dónde están los fallos, pero conociéndolos podemos corregir. Para eso no necesitamos contar con nadie más que uno mismo. El gran gozo de las cosas no está en lo que hacemos, en lo que gastamos o consumimos, sino en lo que sentimos en el corazón.
EliminarUn fuerte abrazo
Yo suscribo todo eso, y además el comentario íntegro de Cayetano.
ResponderEliminarY agradezco que la vida haya puesto en mi camino gente buena, como sé que lo eres tú (así que quien contigo camina, también lo ha de ser).
Que la verdad de esta celebración pueda ser hecha realidad.
Paz y Amor.
Un beso y un abrazo enorme para ti y los tuyos.
;)
¡Ojalá yo pudiera decir un día como San Pablo: "no soy yo, es Cristo quien vive en mí"! No te confundas, querida amiga Edurne, yo soy un pobre diablo con su cal y su arena. Gracias por ese beso y abrazo sincero; ya sabes que te quiero, sin entrar en competencia con tu chico. Saludos a él y muy especial y tierno a tu aita.
EliminarUn gran abrazo
Yo te admiro, Paco, por tu compromiso con los necesitados. Yo me quedo en la postura cómoda de de aportar mi cuota a Cáritas con lo que me sobra. Es más bien poca cosa y no me siento muy orgulloso de ello precisamente, no obstante, creo que si todos diésemos un poco de lo que nos sobra, no digo ya quitárnoslo de lo que necesitamos, personas tan abnegadas como tú podrían ayudar a más gente que está pasando penurias.
ResponderEliminarFeliz Navidad desde mi mejana
Todos podemos hacer siempre algo más, Enrique. Repito: no soy un ejemplo, y me apura que podáis pensar eso de mí.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No habia leido tu blog y me sorprendi al ver que habiamos tenido la misma idea de colocar las buenas noticias..Feliz navidad..y muchos besos
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